TEXTUAL
En efecto, el integrante del proyecto Siber de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, José Luis Aiello, reafirmó los conceptos emitidos en el informe 488 de la entidad que dan cuenta de que en la provincia los impactos de la falta de lluvias en los cultivos fueron leves.
El especialista hizo notar que “este mismo criterio fue emitido ya hace un par de meses en algunos de los informes” de la entidad y destacó que “el proyecto Siber tiene un prestigio en la zona y yo diría que en el país, ya que es uno de los de mayor contenido técnico en la Argentina”.
Aseguró que “la calidad con que se hacen las apreciaciones que ahí se emiten, se apoyan en datos de una red manual, de una red automática, de trabajo de campo, de trabajo satelital, que hace la Bolsa estrictamente para Entre Ríos, cosa que no hace ninguna otra provincia de la Argentina”.
“Hay muchos datos aislados que no son confiables; pero en este caso son datos que se miden, que están a disposición de quien los quiera observar y se controlan”, dijo y, en ese sentido, confirmó que “efectivamente la sequía tuvo en Entre Ríos un efecto que no fue el mismo que, por ejemplo, en el norte de la provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe o el este de Córdoba, en cultivos como el maíz que en su etapa crítica de diciembre y enero tuvieron un daño irreversible”.
En el caso de la provincia de Entre Ríos, aseveró que “los conceptos que se emiten en el informe se basan en toda esta tecnología y por supuesto yo los comparto”.
Aiello prefirió no opinar si amerita o no que el gobierno revea algunos parámetros de la declaración de emergencia para el sector. “Creo que en este caso la gente que trabaja en la división técnica del proyecto, que tiene información en ingeniería agronómica, y las autoridades son las que deberán resolver ese tipo de cuestiones”, sostuvo. Y agregó: “Lo que nosotros decimos es que las consecuencias de las lluvias son las que vemos por departamento y para cada una de los cultivos, lo cual es muchísimo, y eso está avalado por el tipo de superficie que se sembró, evaluado con distintos tipos de satélite, de mediano y alta resolución, con trabajo de campo, con evaluación de rendimientos, y efectivamente el daño que se produce no es un daño que en muchos casos amerita para hablar de situaciones extremas”.
Hizo notar que “la sequía es un término realmente muy complicado de manejar; sin embargo es trivialmente utilizado”. Y explicó: “Uno puede decir que una sequía puede ser climatológica o edáfica. Climatológica es cuando, por ejemplo, en la provincia de Entre Ríos llueve menos de tal milimetraje en tal período. Por ejemplo, si un mes se espera en Paraná una lluvia media, es decir que de 100 milímetros, y caen menos de 40, se puede afirmar que hay una sequía porque evidentemente eso ha incidido en la evolución de los cultivos. Ahora bien, si lo que caen son 80 milímetros, hay lluvias por debajo de lo normal pero no una sequía”.
En cuanto a la sequía edáfica, indicó, “es la agronómica y se refiere a los almacenajes de agua en el suelo que dañan a un cultivo”. Es decir: “Defino que tengo una sequía edáfica cuando para el cultivo de soja en tal período crítico, el almacenaje de agua se encuentra por debajo de un determinado valor. Ahí evidentemente hay un criterio, pero es muy general. Con lo cual hay que ser muy cuidadoso”.
En ese sentido, afirmó que “este término de que la sequía fue menor o leve, significa que no tuvo la intensidad que tuvo en otros lados, pero es delicado decirlo porque puede haber algunos productores con una situación particular”. Sin embargo, aclaró, “en general, el comportamiento en la provincia de Entre Ríos fue más benigno que en el resto del país; lo demás es una cuestión de peritaje y una cuestión técnica”.