La Sala I, con los votos de Jorge Ballestero y Eduardo Freiler, también desestimó el año pasado la denuncia de Nisman por inexistencia de delito. El fallecido fiscal acusó a la ex mandataria y al ex canciller por la firma del Memorándum con Irán, afirmó que eso ayudó a los sospechosos iraníes acusados de participar en el atentado contra la AMIA y les imputó encubrimiento. Rafecas, por su parte, sostuvo que el memorándum nunca entró en vigencia, que no lo firmó Irán y que la justicia argentina lo declaró inconstitucional, que nunca se derogaron las órdenes de captura ni se constituyó la llamada Comisión de la Verdad. Por lo tanto, no hubo delito. El expediente llegó a la Sala I que ratificó por dos votos a uno el archivo. El más drástico fue Ballestero quien incluso analizó las escuchas telefónicas presentadas por Nisman y demostró que el fiscal unía frases de unas llamadas con frases de otras conversaciones concretadas meses después. Es decir, que se hizo un armado con las escuchas. El camarista que votó en contra del archivo fue Eduardo Farah, de la escudería del espía Jaime Stiuso, allegado a los sectores más conservadores de Washington.
Hace unas semanas, sin que mediara ningún hecho nuevo, la DAIA se presentó ante Rafecas y le pidió que sacara la causa del archivo. La movida fue asombrosa porque no existe ninguna iniciativa para acordar nada con Irán, es decir que sólo se buscó un escarmiento contra el gobierno anterior. Esta semana, Moldes –alineado con el macrismo y Stiuso– incluyó el delito de traición a la patria, sosteniendo que Cristina-Timerman pactaron con un enemigo. Como explicó Zaffaroni, ese delito únicamente se aplica cuando hay una guerra declarada, cosa que no ocurrió con Irán. Y el ex ministro de la Corte recordó que justamente se buscó limitar en forma puntal ese delito en la Constitución y el Código Penal porque venía de ser usado como el delito que servía para ejecutar a los opositores políticos con cualquier excusa. En su momento se le atribuía traición a la patria al que rechazaba a un rey o desconocía al recaudador de impuestos.
La jugada de Moldes parece minimizar todos los aspectos del memorándum y cuestiona directamente el haber firmado un acuerdo con Irán, aunque ese acuerdo hubiera tenido el objetivo de que los sospechosos declararan por el atentado ante el juez Rodolfo Canicoba Corral. Poner el acento en la firma del memorándun extiende el delito a los diputados y senadores que votaron el texto en el Congreso.
Durante la jornada de ayer, se presentaron también ante la Sala I los abogados de Timerman. Los letrados –Peñafort y Rúa– quieren hablar ante los camaristas en nombre del ex canciller.