Gerardo Moledo, bioingeniero del hospital Masvernat, indicó esta mañana que se utilizan splits en áreas que no son críticas. Pero no hay en las habitaciones de internación. “No se diseñó para tener aire acondicionado en las internaciones”, reveló. Para ello, hace falta diseñar un proyecto. “Tenemos planificado hacer ese proyecto”, indicó.
El Masvernat tiene 260 camas de internación. De 50 a 60 pertenecen a las terapias intensivas de adultos, pediátricas y neonatología. Las restantes 200 se encuentran para el régimen de internación común. Cada habitación tiene dos camas por lo que hay un centenar de habitaciones. Por ende, se requiere el mismo número de splits.
“¿Cómo se combate el calor? Con el ventilador”, dijo. Pero es un solo aparato de techo para dos pacientes. “Lo ideal sería tener vidrios polarizados y un aire acondicionado centralizado para las internaciones”, indicó. “Es duro. Ahí tenemos problemas. Hay quejas de la gente que trabaja y de los pacientes. Tenés un ventilador de techo para dos camas. Los días de mucho calor es difícil soportar”, indicó. Pero la realidad es que algunos familiares traen ventiladores de pie. “Eso ayuda un poco pero no es lo ideal”, indicó.
Pero los splits no se pueden instalar por el momento. “No fue diseñado ni está el cableado para eso. Todo el equipamiento que está instalado tiene un cierto consumo y cuando se diseñó el hospital no se tuvo en cuenta eso”, indicó. Por ello, lo primero que debería realizarse sería un tendido de cables desde la alimentación general con conductores especiales para todas las internaciones para poder instalar splits. No obstante, remarcó que los transformadores con los que cuenta el nosocomio tienen capacidad para soportar la demanda extra de energía.
En las terapias intensivas y en el quirófano si hay equipos especiales de aire acondicionado. Los equipos toman el aire desde el quirófano o de una terapia intensiva. “Lo enfrían y lo renuevan”, dijo. La renovación se produce porque captan aire del exterior del nosocomio. Pero, al mismo tiempo que se enfría, se purifica el aire a través de filtros bacteriológicos para evitar que ingrese algún microorganismo nocivo.
Además, Moledo remarcó que se está realizando mejoras en el nosocomio. Por ejemplo, respecto de la iluminación, remarcó que están pasando de los tubos fluorescentes convencionales a tubos de led. En consecuencia, se alarga la vida útil de las lámparas y se reduce sensiblemente el consumo.
Los recambios de lámparas se producen en los pasillos y oficinas de todo el hospital. “Tenemos alrededor de 5.000 tubos fluorescentes y en la medida que se va haciendo el mantenimiento, se van cambiando los tubos”, dijo. La decisión acarrea ahorros en arrancadores, reactancias, y fundamentalmente consumo eléctrico. “Se reduce al 20 % el consumo”, indicó. Ya se produjo el recambio de entre el 30 y 40 % de los tubos.
Asimismo, Moledo sostuvo que el ahorro debe provenir del cambio de algunas pautas. Por ejemplo, no dejar ventiladores encendidos donde no hay nadie trabajando.