En la sede legislativa, situada en Santiago (capital), donde Bachelet fue galardonada por la Alianza Progresista Internacional, la lideresa enfatizó que la soberanía popular radica en las urnas y no en otro poder del Estado.
“Para Lula y para Dilma, mucho amor y mucha fuerza”, exclamó la ex jefa de Estado en portugués, ante el aplauso de las personas presentes, entre las que se encontraba Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores (PT).
Hoffmann, quien realiza actividades en el extranjero para denunciar la situación que padece el fundador del PT, preso desde hace más de cuatro semanas en Curitiba, dijo que “el golpe entró en una nueva fase para no permitir que Lula sea candidato”.
Por su parte, el presidente del Partido Socialista de Chile, Álvaro Elizalde, manifestó en entrevista a HispanTV que “está en tela de juicio” la “independencia de los tribunales y el respeto a las normas del debido proceso” en Brasil.
De acuerdo a los abogados Valeska Teixeira Zanin Martins y Cristiano Zanin Martis no hay materialidad en las acusaciones contra Lula porque carecen de lógica y de consistencia.