Así las cosas entonces, quedará superada la encarnizada pelea que mantuvo con sus compañeros de bloque, que le exigían este trámite (la convocatoria a sesión preparatoria) para elegir autoridades del organismo, éste por su parte se resistía a concretar dicho llamado aduciendo que la ley 3001 no lo establecía de esa manera.
El tema llegó a los estrados judiciales y, luego de una pronunciación del juez Marfil, que fue apelada por el presidente del Concejo Deliberante y su asesor legal, el doctor Pedro Miñones, el Superior Tribunal de Justicia ratificó la sentencia en primera instancia y de esta manera Gilabert se ve obligado a realizar la sesión especial (que no es preparatoria), para renovar autoridades del Concejo.
Esta empedernida disputa dejó al cuerpo deliberativo de Federación sin sesionar a lo largo de dos meses y ahora se avizora un panorama político institucional muy complicado, ya que el díscolo Gilabert anuncia que, si bien no armará bloque propio, exigirá toda la documentación para aprobar, entre otras cosas, la ampliación de presupuesto que el poder ejecutivo está necesitando con urgencia para el actual período, “a mí me van a tener que decir en qué se gastaron los 14 millones de pesos que aprobamos en diciembre del año pasado”, expresó un desafiante Gilabert quien dijo ser un concejal del pueblo, “y tomo las decisiones para beneficio de la comunidad y lo que vean que está bien yo apruebo, y lo que no me den a conocer, no voy a aprobar nada”, indicó para luego agregar, “a mí me votó la gente de Federación y tengo que legislar para todos, para los peronistas, los radicales, los de izquierda, todos”, expresó.
Al evaluar la situación política que emerge de este conflicto Gilabert dijo, “tenemos cuatro años más de verticalismo”, tras lo cual anticipó que actuará “sin presión de nadie”, y advirtió que no acatará órdenes del poder ejecutivo. En este punto aclaró que si bien continuará integrando el bloque Justicialista, “voy a actuar en forma personal”, señaló.
