El 8 de febrero se dirigió una carta al presidente del Consejo General de Educación (CGE), Felipe Ascúa, y al director de Arquitectura y Construcciones, Enrique Renaud, solicitando dar urgente trámite al reclamo presentado por la rectora de la institución, referido al estado del techo del establecimiento. Las autoridades consideraron que corrían peligro las más de 1.000 personas que diariamente concurren a ese lugar.
La aparición de grietas en los apoyos, en algunos sitios muy pronunciadas, a punto tal que se observan a simple vista plegamientos en la estructura; filtraciones que afectan las instalaciones de suministro eléctrico; desprendimientos de mampostería que han dejado a la vista las estructuras de hierro; un aula de la planta alta con desprendimiento de techo, lo que permite la vista de hierros y el óxido que ha atacado la cañería que porta el cableado.
Hasta anteayer, no obstante el panorama de la escuela, no hubo respuestas de ningún tipo. Recién ayer arribaron a la ciudad funcionarios de Arquitectura para certificar el estado del Colegio, ubicado en Avenida Perón e Irigoyen.
La clausura dispuesta prohíbe el ingreso de personas al interior del edificio, hasta tanto la autoridad provincial de aplicación certifique y se responsabilice por el estado general de la construcción.
Se trata de un colegio que se construyó en la década del ´80 y ya tuvo problemas en la construcción. “Cuando lo estaban edificando se cayó la loza del techo y hubo muertos”, señaló Rossi. La Institución alberga a más de 1.000 alumnos y está previsto iniciar, este año, el dictado del profesorado de educación física. Acerca del destino que tendrán los alumnos, Rossi adelantó que están analizando la posibilidad de derivarlos a otras escuelas, o bien dictar las clases en entidades deportivas de la ciudad.
