LAS RAZONES
Los termoprocesados se caracterizan por ser productos netamente de exportación (no se consumen en el mercado interno), demandar mayor inversión en equipamiento y requerir tres veces más mano de obra que la producción de la carne cruda. Y, a diferencia de esta última, tiene precios y demanda más estables. Se trata de extracto de carne, enlatados e insumos de carne para la industria alimenticia, entre otros productos.
Al tratarse de bienes industrializados, supo tener reintegros de impuestos y menos retenciones a la exportación que la carne cruda. Pero actualmente, no cuentan con esos beneficios y pagan los mismos derechos de exportación: 15 %.
«La restricción impuesta a las conservas hizo que Swift tenga en stock 2000 toneladas», dijo el secretario general de la Federación del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados, Alberto Fantini. Una fuente de la industria que no quiso revelar su nombre indicó: «Todas las empresas que hacen termoprocesados se quedaron con una capacidad de producción superior a la capacidad de exportación y éste es un producto que no se consume en el país. Desde octubre, se produce más de lo que se puede vender al exterior».
A principios del siglo XX, la Argentina era el principal proveedor de corned beef y extracto de carnes de Gran Bretaña. En la década del 60, comenzó a exportarse carne cocida congelada, un subproducto requerido por la naciente industria de alimentos de Estados Unidos para agregar en sopas y platos listos.
Los termoprocesados fueron el refugio del sector cuando, por la fiebre aftosa, se cerraron prácticamente todos los mercados a la carne cruda. Hasta bien entrada la década del 90, la Argentina concentraba el 70 por ciento del mercado mundial de carne cocida y Brasil, el 20 por ciento. Esa proporción se invirtió: ahora es el gigante del Mercosur el que tiene el 70 por ciento y la Argentina, menos del 20 %.
Según el diario La Nación, otras empresas que producen cocidos, como Finexcor, Friogorífico Rioplatense, Rafaela Alimentos, Friar y Sadowa, estarían evaluando medidas similares. De hecho, Friar licenció forzosamente a más de 50 trabajadores en su planta de Santa Fe.