El partido fue muy entretenido y el seleccionado nacional implacable. No faltó nada y la contundencia en el marcador fue elocuente. Dos goles de Maxi Rodríguez y uno de Cambiasso dieron la tranquilidad de los primeros 45 minutas y luego Crespo, Tevez y Messi dieron la estocada final a un desdibujado Serbia y Montenegro que fue totalmente neutralizado por la defensa argentina y rara vez incomodó a Abbondanzieri.
En conclusión la mejor manera de esperar el encuentro del miércoles próximo contra Holanda con la tranquilidad de tener más que un pie en los octavos de final.