La dispersión es el común denominador en la instrumentación de los planes de ayuda social que existen hoy en Entre Ríos, un total de medio centenar, según un relevamiento que surge de una investigación que llevó adelante el equipo de Promoción Ciudadana de la Defensoría del Pueblo de la Municipalidad de Paraná. Aunque el trabajo no pudo determinar específicamente cuánto dinero hay involucrado, dos datos sirven para dimensionar qué inversiones se manejan: el Ministerio de Salud y Acción Social tiene destinado para este año una partida de 78 millones de pesos para asistencia, algo por encima de los 72 millones que la Nación vuelca en todo un año en sostener los 40 mil beneficios del Plan Jefes de Hogar.
En opinión del titular de la Defensoría, Jorge Kerz, esa asistencia conforma un abanico demasiado amplio que no logra cometer con éxito su cometido. Al respecto, sostuvo, que subyace la “falta de una decisión o una discusión de fondo, no apurada, sobre la utilización de estas inversiones sociales de una manera más integral, y no dispersa, para que puedan alcanzarse resultados mucho más contundentes”.
Tanto esfuerzo económico no logra cambiar la realidad de miles de entrerrianos. Al contrario, la persistencia de problemas sociales de envergadura vienen siendo una constante y aparecen en el trasfondo de los planteos de un gran número de casos atendidos por la Defensoría. En vista de esa situación, la institución inició averiguaciones respecto del universo de programas sociales en la provincia, el impacto y los montos invertidos. El trabajo pudo avanzar en el primer aspecto: relevamiento y características de los planes.
El análisis de los resultados del estudio, que arrojó la existencia de 51 planes —50 de ayuda específica y uno, el Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (Siempro), destinado a reunir información sobre ellos—, permitió a la Defensoría concluir que existe un marcado estado de “dispersión” en la formulación e instrumentación de las políticas sociales, que se destinan importantes sumas de dinero y que no se obtienen resultados acordes a la inversión. Como contrapartida, se marcó la necesidad de aplicar una “mirada integral y sistémica” con el fin de lograr efectos concluyentes.
“El enfoque de las políticas sociales se manifiesta como de una dispersión muy amplia, donde se invierten enormes sumas de dinero y donde no se alcanzan modificaciones de realidades ni tampoco se llega cabalmente a conocer el monto total invertido ni los impactos alcanzados”, consigna uno de los párrafos del informe emitido por la institución.
