Los que militamos en la resistencia a la Dictadura genocida experimentamos ayer una de esas emociones y alegrías que, como decía el poeta, justifican nuestro paso por la vida. Ayer fue reincorporado al estado militar el Coronel de la Democracia, como llamábamos a Juan Jaime Cesio.
Cesio y como Secretario General del Ejercito acompaño al General Calcagno a la Conferencia de Ejércitos Americanos realizada en Caracas, en Mayo de 1973, plena primavera democrática Argentina. En soledad, rodeados de pichones de dictadores, denunciaron el carácter antinacional y antidemocrática de la Doctrina de la Seguridad Nacional, impulsada por el imperialismo yanqui y que fuera el justificativo ideológico de las dictaduras militares que arrasaron con las libertades públicas y los derechos humanos en Latinoamérica e implantaron el neo liberalismo salvaje que entrego a la voracidad de las multinacionales el rico patrimonio americano y sus secuelas de excluidos, desocupados, desindustrialización, concentración de la riqueza y así de seguido.
Además el Coronel organizo junto a las Juventudes políticas, lo que se denomino Operativo Dorrego en la que miles de jóvenes participaron ,junto al Ejercito en tareas sociales, en lo que podría haber sido el embrión de una real unidad pueblo-fuerzas armadas, que tanto teme «el establishment».
Luego del golpe del 24 de Marzo, la derecha militar no le perdono jamás su digna y valiente actitud. Es que, Cesio era como un espejo, al mirarlo se reflejaban sus cobardías, ante el nacionalismo y amor a la Patria del Coronel se reflejaban como mercenarios y cipayos que eran, ante su lealtad a la Democracia y al pensamiento Sanmartiniano se veían como traidores que no solo violaban el mandato constitucional de lealtad a las instituciones democráticas sino que desenvainaban la espada para asesinar a sus propios hermanos.
En castigo por sus «delitos» se le retiró el estado militar, su esposa fue considerada como viuda. Pero Jaime no se intimido, fundo el CEMIDA -Centro de Militares Democrático- y se acerco al Partido Intransigente, que ante la ceguera de la izquierda tradicional, fue la única fuerza política orgánica que milito en la resistencia, ayudando a organizar los organismos de Derechos Humanos, fue asesor de don Oscar Alende y milito con la garra y la humildad que lo caracterizaban sabiéndose ganar la simpatía y la admiración de toda la
militancia.
En plena dictadura nos acompaño en una gira de 11 días por toda la provincia , sus consejos y sugerencias fueron fundamentales para la organización partidaria, recorrimos no solo las ciudades importantes, sino también localidades mas pequeñas donde había escasos compañeros, nos decía «aunque haya un solo contacto hay que visitarlo». Solo esa tenacidad y una gran fuerza interior lo mantuvo en pie, cuando esa Democracia por la que dio sus mejores años, inficionada de un posibilismo y un pragmatismo que esconden la cobardía, lo traiciono, pasaron las leyes de Obediencia Debida, Punto Final, los Indultos y los que habían pisoteado el mandato sanmartiniano estaban no solo libres sino, mas aún, mantenían el grado militar, mientras él, que había honrado el uniforme seguía siendo un paria, sus pedidos de reincorporación ni siquiera eran contestadas por las autoridades de turno, hasta ayer en que se hizo justicia ,y mas temprano que tarde el coronel será General de la Nación como San Martín, como Moscóni.
Gracias Presidente por la emoción y la alegría que nos ha hecho vivir. Aumenta nuestra
esperanza.