Según publicó el diario Uno, Aquella madrugada, Anderi estuvo junto a dos amigos consumiendo cocaína en su casa de Bouchon y General Paz, en el departamento 16 del segundo piso del barrio Alborada. Se habrían quedado sin droga y sin dinero, por lo que Anderi comenzó a revolver la casa, buscando en cada rincón algo para comprar más cocaína. Se largó a llover y los dos amigos se fueron.
La madre, Liliana Rocha, de 57 años, dormía en su habitación. En medio de una crisis de abstinencia, entre las 6.30 y 7.30 de la mañana, Anderi agarró una barreta de hierro de unos 40 centímetros, y se le asestó cinco veces en la cabeza. La mujer intentó defenderse con las manos en los primeros golpes, pero fue vencida. Falleció de forma instantánea por estallido de cráneo, según el médico forense. El joven salió corriendo con las manos ensangrentadas, gritaba por el barrio “¡Mataron a mi vieja!”. Llegó la Policía y el fiscal, quienes se encontraron con la macabra escena, y se procedió a la detención de Anderi.
Secuelas de la adicción
Madre e hijo vivían juntos en la casa. La mujer estaba intentando internar a su hijo para que haga un estricto tratamiento por su adicción. Los amigos de Anderi dijeron que el muchacho era buena persona, pero cuando consumía quedaba fuera de sí, y últimamente lo hacía muy seguido. La primera noche de su detención, en la celda de la Policía departamental, intentó quitarse la vida colgándose con una sábana, pero no lo logró. Por esto, al día siguiente lo trasladaron al Hospital Escuela Salud Mental de Paraná, y luego permaneció alojado en la colonia neuropsiquiátrica de Federal.
La investigación estuvo a cargo del fiscal de Colón, Juan Francisco Malvasio, quien ordenó numerosas medidas probatorias para esclarecer el hecho. Luego de reunir las pruebas y testimonios que determinaron que fue Anderi quien mató a Rocha, las pericias se orientaron a establecer si el joven era o no imputable. Numerosos estudios y entrevistas con profesionales psiquiatras y psicólogos, determinaron que Anderi es capaz y era consciente de lo que hacía cuando mató a su madre. Por lo que el delito de Homicidio calificado por el vínculo se configuró, aunque también surgieron elementos que permitieron evitar la aplicación de la prisión perpetua.
En particular, los informes de los especialistas de la salud mental que intervinieron en el caso, quienes afirmaron que si bien Anderi tiene un pensamiento reflexivo, padece un leve retraso mental, ocasionado por el deterioro neurológico que el consumo abusivo de alcohol y drogas le generó al joven, desde su adolescencia. Esto fue entendido como circunstancias extraordinarias de atenuación, que inciden en la aplicación de una pena menor a la perpetua.
De este modo, solo 10 meses después del hecho, la causa llegó a una condena. El fiscal Malvasio y Anderi, asistido legalmente por el defensor oficial Carlos Scelzi, arribaron a un acuerdo para realizar un juicio abreviado. En el mismo, el joven asumió la responsabilidad en el crimen de su madre, y aceptó la pena de 20 años de prisión, que ya empezó a cumplir en la Unidad Penal Nº 4 de Concepción del Uruguay.