«El MERCOSUR que queremos»
Cerrada y desmantelada, la cervecera Norteña fue adquirida en el año 2001 casi en su totalidad por AmBev, la transnacional de origen brasileño novena en el mundo en su rubro. Y aunque no fabrica más cerveza, sí hubo un proceso de recuperación que concluyó en este día cargado de simbolismos. El segundo día del mandato de Tabaré, el «compañero presidente», como lo llamaron su par brasileño Lula y los miles de vecinos que se dieron cita para recibirlo hoy. La lucha por esta planta parece un ejemplo «del Mercosur que queremos», y así lo señaló Lula Da Silva en su discurso: la insistencia de los trabajadores sanduceros, la solidaridad de sus pares brasileños de la CUT, el entendimiento entre los gobiernos de Brasil y la ROU, y el apoyo a una empresa que genera riquezas para la región, fueron las claves para el acontecimiento que vivió hoy esta ciudad.
Una ciudad en las calles
Lula y Tabaré inauguraron, con un par de horas de atraso respecto de lo anunciado, la ampliación de una planta de cebada que involucra una inversión de 5 millones de dólares. La cervecera había sido uno de los símbolos del progreso industrial de Paysandú hasta que los años 90 con su ola neoliberal la debilitaron y finalmente fue comprada por la trasnacional brasileña AmBev. Tras amenazas de cierre definitivo de la planta y la consecuente preocupación y protesta de los trabajadores, las negociaciones permitieron que no sólo no se cerrara sino que ahora se amplíen sus instalaciones.
Los presidentes arribaron al aeropuerto de Paysandú a las dos de la tarde, en aviones distintos, y con un operativo de seguridad «a la uruguaya»: con la gente respetando notablemente un cordoncito que la separaba del lugar adonde, a pocos metros, aterrizó el «compañero presidente».
Vázquez llegó primero, en un pequeño avión de la Fuerza Aérea Uruguaya y con una comitiva integrada entre otros por el carismático Pepe Mujica, ministro de Agricultura; el ministro de Relaciones Exteriores Reinaldo Gargano, y el alcalde montevideano Mariano Arana.
Unos minutos después llegaron los dos Boeing que trasladaban a la numerosa comitiva brasileña. En el segundo de ellos venían el Jefe de Estado brasileño acompañado por el ex presidente argentino Eduardo Duhalde, titular de la Comisión de Representantes del Mercosur, y casi un convidado de piedra en esta fiesta brasileño-oriental.
El recorrido hasta la planta industrial de la maltería atravesaba la ciudad –ubicada al borde del río Uruguay, a sólo unos kilómetros de Colón– e incluyó una caravana por el centro de Paysandú, acompañada en su recorrido por una increíble cantidad de gente que salió a las calles a saludar, agitando la bandera tricolor de Artigas que caracteriza al Frente Amplio. La inmensa popularidad de Mujica se volvió a hacer presente en esta ocasión: junto con el nombre del presidente, el del veterano dirigente tupamaro fue el más vivado por los sanduceros.
Compañeros y amigos
Tanto Lula como Tabaré, durante sus discursos, se trataron mutuamente todo el tiempo como “compañero y amigo”. Lula arrancó diciendo que «la victoria de Tabaré es un símbolo de que la esperanza venció al miedo. Este país está viviendo un momento histórico que demuestra que otro Uruguay es posible».
Como en varios pasajes, se dirigió directamente a su par: “Querido compañero Tabaré: hoy es un día en que celebramos la victoria de todos los trabajadores de la región. Es una victoria de todos quienes creen en la integración de nuestros países.”
Luego remarcó su concepto de que “un Mercosur pujante” debe ser el eje de la fortaleza de la Comunidad Sudamericana de Naciones, reivindicó el establecimiento de una “ciudadanía fronteriza” entre Uruguay y Brasil y se manifestó “optimista” en cuanto a lograr una integración sin hegemonías, pese a las conocidas asimetrías entre los países de la región.
Por su parte, Tabaré Vázquez reiteró su compromiso con el desarrollo productivo sostenible del Uruguay, y dijo que, sin dudas, «es posible, y vamos a honrar y a cumplir ese proyecto». «En las circunstancias en la que se encuentra el país, no hay mayor satisfacción que inaugurar un lugar de trabajo», afirmó Vázquez y resaltó que no se está trabajando en soledad, sino «en clave de integración regional».
En ese sentido, y dirigiéndose al presidente brasileño, Vázquez aseguró que «ahora es tiempo de trabajar por objetivos comunes, que beneficien a ambos pueblos».
Al finalizar su discurso, realizó dos menciones especiales: la primera fue a los trabajadores que participaron en las obras de ampliación de la planta de Ambev, a los que operarán luego las instalaciones y a aquellos que desde el campo proporcionarán la materia prima para elaborar los productos de la empresa. La segunda mención fue para todos los demás uruguayos que a lo largo del país escucharan su discurso. Les dijo que mantiene «un irrenunciable compromiso para que en cada departamento se inauguren puestos de trabajo».
Tras los discursos, los trabajadores se acercaron a entregarles recordatorios a ambos presidentes. El abrazo y las fotos con Tabaré incluyeron en varios de ellos algunas lágrimas y la frase repetida: “Fuerza, compañero presidente”.
Textual
“Hay que optimizar el principal recurso de nuestros países, que es su gente. Porque no hay país próspero con gente pobre. Porque el desarrollo de un país no puede medirse buscando un promedio matemático entre la opulencia de unos y la miseria de otros. Hay que generar empleo decente, porque la mejor política económica y la mejor política social es que la gente tenga la oportunidad de trabajar en condiciones de dignidad”. (Tabaré Vázquez)
“La integración, que aparece con frecuencia en nuestros discursos, precisa actos e iniciativas para concretarse. Se debe expresar en beneficios concretos para nuestras poblaciones, que no pueden esperar más. Queridos compañeros: es significativo que un primer compromiso de la agenda bilateral que inaugura el nuevo gobierno uruguayo, sea aquí en Paysandú, en la apertura de una nueva planta, de origen brasileño. Esto ilustra el tipo de integración que queremos: una iniciativa que trae crecimiento, prosperidad, genera empleos y produce integración de nuestras cadenas productivas”. (Lula Da Silva)