Los empleados de Correo comienzan una protesta por mejoras salariales

“A partir de las 8:30 hs. hasta las 9, en lo que se denomina horario de refrigerio, vamos a tener una reunión en la puerta del Correo y quizás hagamos un corte de calles”, expresó Otaegui.
Esta modalidad se prolongará hasta el miércoles 30. Desde el jueves 31 hasta el sábado 2, comenzará un paro de una hora por turno en los lugares de trabajo. El paro, a partir del lunes 4, será de dos horas por turno. “Culmina el día 7 de abril con un paro general de 24 hs”, indicó.
El reclamo está relacionado con las paritarias inconclusas en el sector. “Hay que destrabar y comenzar a hablar de la comisión paritaria nacional que ya venía funcionando y que imprevistamente, en el mes de diciembre, ha quedado suspendida, pese a los reclamos de este gremio”, indicó el secretario general.
Otro punto que los trabajadores de correo reivindican es la participación en el 14 % de las ganancias de la empresa. En el 2004, el Estado ganó cerca de 90 millones de pesos. Si se hubiese respetado este punto, los carteros hubiesen tenido cerca de 12 millones de pesos para engrosar sus salarios.
Además, desde el FOECYT critican que el Estado no reinvierta las ganancias en el servicio. “Los edificios del Estado no han tenido un mantenimiento adecuado, se caen a pedazos. Es una lucha para conseguir uniformes que es la vestimenta de trabajo. También nos cuesta reparar algún aparato eléctrico porque no hay presupuesto para mantenimiento”, puntualizó.
El sindicato reclama por el retorno a manos del Estado de los medios de transporte para distribuir la correspondencia. “Se tomó concesión con transportes de terceros, lo que nos trae muchos problemas porque la correspondencia pasa por muchas manos”, dijo Otaegui.

Una de las últimas privatizaciones

El jueves 13 de marzo de 1997, el ex-presidente Carlos Menem tenía sobre el escritorio el decreto que permite la privatización del Correo. El matutino Clarín, en aquel entonces, aseguraba que si el cronograma de concesión se cumplía, sería la privatización más rápida en la historia de las empresas públicas de la Argentina.
La información destacaba que el decreto se firmaría el viernes 14 de marzo por la mañana y el correo sería privado desde el 26 de junio. Tamaña celeridad se verificaba en el siguiente cronograma: antes que terminase marzo del 97 se hará el llamado a licitación y tres meses y una semana después, ya se conocería al futuro concesionario del correo de bandera.
Clarín sugería, al menos, que los grupos empresariales con chance de presentarse están prácticamente armados: ninguna compañía podría ponerse a estudiar el tema, buscar socio, firmar un acuerdo y preparar la documentación contable requerida para el concurso en ese plazo.
Los plazos tampoco se equiparaban con privatizaciones anteriores que incluyeron leyes muy debatidas en el Congreso. El proceso licitatorio de Gas del Estado llevó 6 meses; el de Entel, 8; la terminal del puerto Rosario tardará 7 meses.
En el caso del Correo se evitó el paso por el Parlamento. El Gobierno decidió la vía del decreto argumentando, de pronto, que tampoco hacía falta una ley especial para la concesión: ya lo permitía según interpretaron la legislación de reforma del Estado.
Y, en ese momento, estaban dando vuelta los mensajes del ex-ministro Cavallo, quien en el 95 denunciaba el interés del grupo Yabrán, a quien describía como “mafias enquistadas en el poder”, en el correo.

Despidos al por mayor

Finalmente, del Correo se hizo cargo el grupo Macri. Y el resultado de la política implementada está a la vista. “En la época de Macri, de 24.000 empleados, quedaron 14.000, se fueron 10.000 o los echaron, hablando mal y pronto”, dijo Otaegui.
¿Qué hizo el sindicato, en esa época, para frenar los despidos? “Hemos hecho todo lo que estaba acá, a nuestro alcance. Incluso, negociábamos, en el buen sentido de la palabra porque si a alguien le ofrecían un retiro voluntario, vos no te podías oponer porque era la voluntad de cada uno de los afiliados. Pero, por ejemplo, venía la empresa y te decía ‘Fulano, la empresa no lo necesita y por los años de servicio le corresponden $ 40.000 pero esta empresa es generosa y le va a ofrecer $ 50.000’ y así lo endulzaban”, respondió Otaegui. “No había gremios, no respetaban nada y había un manejo político”, añadió.
15 años atrás, en Concordia había 250 empleados. “Hoy estamos quedando apenas 35 empleados”, se lamentó. “La Planta de Correo, donde hay dos pisos, hoy se ocupa sólo la planta baja. Hay oficinas preciosas, muy bien amuebladas que se caen a pedazos porque no tienen mantenimiento”, detalló.
“Acá era cabecera de distrito, llegábamos hasta Curuzú Cuatiá, Monte Caseros, Paso de los Libres, Colón, Villaguay, Federal, Feliciano, Chajarí”. Ahora, las oficinas en Corrientes pasaron a depender de Corrientes y las oficinas de Entre Ríos, seguimos como estamos”, agregó.
“Pero ya no somos más cabecera de distrito, somos sucursal B. La administración se la llevó a Paraná. Paraná, a su vez, pasó a ser sucursal A. pero a su vez a Paraná también la desmantelaron y la pasaron a Santa Fe. O sea que quedaron pocas oficinas grandes”, describió.
“Antes teníamos seis horas. Ahora, ocho de corrido. Seis se pagan en efectivo y dos con tickets canasta”, expresó.

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