La especie (el cierre del grifo por parte de Engelmann, es contada en la última edición de Análisis. Allí, se informa que “la decisión del presidente de la Cámara de Diputados, Orlando Engelmann (PJ-Federación) de no remitir las partidas correspondientes para el pago de los empleados del bloque de diputados de la Unión Cívica Radical (UCR), como una suerte de vendetta por la negativa del radicalismo a acceder a una reforma de la Constitución provincial, amenaza con transformarse en un escándalo mayúsculo. Ocurre que la determinación de castigar a sus adversarios donde más les duele, es decir en sus bolsillos, ha terminado por romper el ambiente de complicidad que impera en ese recinto y que consiste en esconder de la luz pública los toma y daca con que se negocian ciertas cuestiones. El problema más incómodo que han tenido que enfrentar los legisladores radicales es el de tener que pagar con fondos de sus propias dietas los sueldos de varios de sus subalternos, que ante el atraso en la percepción de sus haberes no han tenido más remedio que solicitarles un adelanto a sus jefes. La presión que han padecido los diputados de la oposición los ha empujado a desaparecer de los lugares que suelen frecuentar, para eludir “el mangazo” de sus contratados, y algunos de ellos incluso tuvieron que soportar verdaderas escenas en sus propios despachos”.
Claro que, otros han zafado los aprietes, son aquellos que, se asegura, utilizan los contratos solo como pantalla pero, en realidad, esos dinerillos extras van a parar a sus propios bolsillos.
Un caso emblemático lo hizo conocer el “Semanario JUNIO” en julio de 2001 cuando el senador Horacio Jaime de la localidad de Villaguay que le hacía firmar a uno de sus contratados Cristian Martinetti recibos por $ 1.800.- pero solo le pagaba $ 300.-
Es de destacar que una información similar a la que aparece ahora en Análisis, también fue difundida en El Diario de Paraná.
