En efecto, en el congreso de hoy realizado en la ciudad de Villaguay y en el que se negó el ingreso a la prensa, los dirigentes Fabián Rogel (presidente de la bancada radical en diputados) y Juan Redruello mocionaron la postura que finalmente fue aprobada por los congresales reunidos en la escuela agrotécnica de esa ciudad del centro de la provincia.
El documento aprobado dice, entre otras cosas que, “el radicalismo ha comenzado un proceso de reorganización institucional que culmina con la puesta en marcha de este Congreso, y que seguirá con un proceso de normalización que permita poner a la política a servicio del pueblo. Frente a este desafío y al análisis del gobierno justicialista, el Honorable Congreso de la UCR de Entre Ríos, reafirmando su voluntad reformista expresada en los dos Congresos anteriormente realizados, y si bien mantenemos la idea de que nuestra Constitución por el paso del tiempo merece un proceso de actualización, creemos que no están dadas las condiciones objetivas para avanzar en la aprobación de un proyecto de ley de Necesidad de la Reforma de la Constitución, tal como lo requiere nuestra Carta Magna”.
En buen romance esto significa que los legisladores que pertenecen a ese partido tendrán un mandato explicito : “no votar la necesidad de la reforma en el recinto legislativo”. Asimismo, resolvieron no participar ni controlar ninguna consulta popular que impulse el gobierno para auscultar la opinión ciudadana en relación a la reforma.
Para que no queden dudas respecto de la contundencia de la medida y con el objeto que nadie se salga del corral, impiden a cualquier órgano partidario participar de reuniones o del llamado “diálogo político” cuando el tema de la reforma forme parte de la grilla de temas.