El padre Servín reclamó por una solución de fondo para reducir la pobreza

El documento comienza señalando “El mundo ha avanzado científica y tecnológicamente de un modo impresionante, pero la desigualdad, la pobreza, y el hambre, siguen aumentando…
– El mundo ha avanzado en la erradicación de muchas enfermedades. Pero las «enfermedades sociales» aparecen de nuevo. Y el número de personas enfermas, carentes de toda cobertura, sin los cuidados necesarios para recuperarse, sigue en aumento…
-El mundo ha avanzado en calidad de vida, pero sólo para pocos. Los que apenas sobreviven y los que se mueren por no tener NADA, siguen aumentando…
– El mundo ha avanzado en la producción más fértil de sus tierras y sus mares, pero la riqueza se acumula cada vez más en pocas manos y crecen los desnutridos…
– El mundo exige cada vez más capacidades, más información y preparación para el trabajo, y son cada vez más los niños y jóvenes que quedan fuera del sistema escolar, aún en la enseñanza primaria básica, excluidos también aquí por su pobreza».

Un contraste cada vez más marcado

El padre Servín también se refirió a esa polarización excluyente. “Estamos en un mundo tan contradictorio. Por un lado tenemos todas las posibilidades, todos los adelantos y por otro lado crece la pobreza”.
Luego añadió, “en la década del 90, los países más pobres se empobrecieron aún más. No es que el mundo tenga menos recursos, tiene muchos más recursos, más tecnologías, más capacidad. Pero lógicamente, hay una concentración de la riqueza. Es como cuando hablamos de una vida sana, ¿Pero una vida sana para todos o para algunos? Como cuando se dice que mejora la calidad de vida pero ¿para todos o para algunos?”
También apuntó que “producimos alimentos para una población 12 veces mayor que la que tenemos y tenemos chicos desnutridos, gente con hambre, indigentes que no cubren ni siquiera la canasta alimenticia”.

Una realidad dolorosa

Otro párrafo de la carta señalaba: “Nuestra ciudad ocupa el primer lugar en el ranking nacional de pobreza infantil. Según los datos difundidos por el INDEC, el 81% de los menores de 14 años están por debajo de la línea de pobreza”. Significa que 8 de cada 10 niños concordienses son pobres porque sus familias no tienen ingresos suficientes para comprar bienes y servicios básicos”.
Ante eso, Servín dijo: “es una realidad ante la que no podemos cerrar los ojos. Lamentablemente está”.
El documento, más adelante, señala: “según datos relevados por la Universidad Católica Argentina en su trabajo ‘Barómetro de la Deuda Social’ afirma que: el 14,2% de la población pobre en las ciudades del interior padeció hambre en los últimos meses; que sólo el 60% de las personas de sectores populares creen que su existencia personal tiene pleno sentido; casi un 5% ha pensado en el suicidio como forma de escapar”.
En torno a paliar el hambre, la tarea social de la Gruta de Lourdes es importante. El comedor comunitario que allí funciona reparte unas 500 raciones diarias. “Nació en el 82 pensando que iba a ser por dos o tres meses, esperando que llegue la democracia. Lamentablemente nunca pensamos que íbamos a estar más de 20 años con el comedor”.
La cantidad de comida elaborada se mide en litros. “Utilizamos dos ollas de 100 litros completas, a veces hay que agregar otra olla más” dijo el párroco. De lunes a viernes, 500 familias retiran la vianda.
“Uno se pregunta cuando se le va a dar una respuesta un poco más a fondo al problema. ¿Cuando vamos a buscar dignificar?, porque a uno le da penas que vengan a buscar la comida”, añadió.
El cura también pidió que “se comience a dar respuestas al problema. No respuestas solamente de emergencias. Sino respuestas que realmente vayan a cambiar esta situación. Uno sabe que en dos días no se resuelve, pero tampoco podemos pasar 20 años más manteniendo comedores comunitarios, nocturnos, no sé cuantos son en Concordia”. Luego agregó, “alguna vez hay que presionar para que la cosa comience a cambiar”.

Los ancianos abandonados

Otro tramo de la carta señala la situación de los ancianos. “Se estima que los mismos índices que presenta la sociedad en pobreza e indigencia, se repiten en la franja de ancianos. Por ende, el 60 o 70% de los 18.000 ancianos concordienses están por debajo de la línea de pobreza”.
Desde la Parroquia atienden un hogar para ancianos abandonados cuya capacidad, 12 personas, esta completa. Desde hace 12 años que funciona y ha recogido no menos de 40 ancianos en ese lapso. Muchos de ellos fallecieron y otros fueron derivados a hogares de Bs. As. El hogar funciona en Sarmiento 134.
“Quedan en la calle por abandono. A todo nivel, lamentablemente molesta. El anciano, en lugar de ser una persona estimada, contenida y rodeada de afecto por todo lo que ha dado, por el contrario, buscan desembarazarse de el”, explicó.

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