Cunicultores preocupados por una enfermedad que provoca altísima mortandad de conejos

La EVH se detectó en China en 1984, pasó a Corea en 1987 y se diseminó a Europa en 1988 por la importación de conejos de Angora en Alemania. Ha sido diagnosticada además en Nueva Zelanda, EEUU, norte de África, Cuba y México, y ahora, en la República Oriental del Uruguay.
Afecta la sangre de los animales y produce hemorragias múltiples por ollares, boca y ano, anorexia, hipertermia y muerte súbita por fallo múltiple orgánico, congestión y edema pulmonar, alteraciones circulatorias y necrosis hepática, entre otros daños. Pueden existir convulsiones con fuertes chillidos, y después de muertos, las extremidades y la cabeza quedan totalmente estiradas.
Hay un período de incubación con replicación del virus de 48 horas, y luego aparece la sintomatología en forma brusca, afectando a los animales durante 7 a 20 días.
Se dice que el 90% de los concejos de un criadero mueren si entra la EHV, y el 10% restante queda como portador sano, por lo que debe ser igualmente sacrificado. Por eso, muchos la están llamado “el SIDA de los conejos”.
Se la califica de “enfermedad exótica” porque poco se conoce de ella y poco o nada se puede hacer una vez que infectó al animal. Por eso, es tan importante respetar las medidas de prevención y de bioseguridad.

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