En una entrevista concedida al programa radial “Cuarto Poder”, el titular de la cartera de Salud y Acción social salió al cruce de un correo anónimo que fue enviado a varios medios de la provincia, y publicado por alguno de ellos.
Vale remarcar que el mismo fue enviado a la redacción de este medio, pero siguiendo los criterios de DIARIOJUNIO, la información no será publicada, ya que ninguna persona se identificó como denunciante.
Armanazqui comenzó el reportaje solicitando que no se use “la palabra fraude” y pidió hacer una reseña de la aplicación del Programa de Atención a Desnutridos en Situación de Riesgo Social, “porque sino la gente no lo puede llegar a interpretar”.
Comenzó explicando que “cuando nosotros nos hacemos cargo de la gestión municipal, recibimos un programa donde se estaba llegando a desnutridos”, en un número aproximado a “las 2.000 personas mas o menos”.
El funcionario municipal dijo que “dada la situación que vivía Concordia, eso era insuficiente, así que de forma inmediata nos pusimos a trabajar en un programa. Para esto presentemos a la Nación un programa para 5000 personas, y a mediados del 2004 fue aprobado a raíz de los grandes índices de desnutrición que había en nuestra provincia”.
El programa, que abarca los 14 centros de salud que dependen de la municipalidad y dos hospitales provinciales, consiste en “un trabajo de capacitación para el beneficiario” del programa alimentario “o mejor dicho para el responsable o tutor, donde intervienen incluso maestras jardineras”, explicó Armnanazqui.
La denuncia
Con respecto a los puntos específicos de la denuncia, el Secretario de Salud de la municipalidad enumeró que “el primer mes, cuando nosotros comenzamos, logramos llegar a un padrón de 3.104 beneficiarios”, remarcando que “el programa comenzó con capacitación en el mes 6 (junio)”, y “la entrega se empezó a hacer en Agosto”.
Anticipando que “tenemos una demanda permanente de asistencia alimentaría en nuestra ciudad”, Armanazqui alegó que para distribuir el programa “llegamos a los 5000 beneficiarios”, aclarando que no todos accedieron a la capacitación”. Y que con aquellos que no participaron desde un primer momento del plan, pero que igualmente recibieron la ayuda, “conformaron otro padrón y están los recibos correspondientes”. A manera de justificativo, argumentó que “no quisimos estropear el programa y no lo hicimos por censo”.
Siempre de acuerdo a la explicación oficial, “eso se hizo el primer mes con lo que faltó de los 3.104, ahí incrementamos en 1300 al mes al otro mes, incorporando a la capacitación y al programa como corresponde. Y al tercer mes llegamos a los 5mil beneficiarios”. Para el municipio “esto es lo que dicen que estaría este faltante y este faltante no existe”.
Padrones inflados
Armanazqui intento refutar las sospechas de irregularidades, diciendo que “si nosotros nos hubiésemos querido pasar de vivo” se contaban con todas las herramientas, ya que “los padrones los confeccionamos nosotros, el programa lo manejamos nosotros, si se hubiesen querido inflar los padrones teníamos todas las posibilidades”.
Agregó que “precisamente, se hicieron dos padrones perfectamente diferenciados para no arruinar el programa, porque no tiene sentido. Ahora si el Ministerio de Desarrollo Social considera que esto es una violación al programa, con la necesidad de la gente no nos podemos dar el lujo de mandar de vuelta 1896 bolsones de la primera entrega y 600 picos en la segunda”, argumentó.
Con respecto a cuales serían los motivos para la amplia difusión de la denuncia anónima, dijo que según algunas versiones “hay mail fantasmas, de gente que no tienen nada que ver” y también reconoció que algunas voces adjudican el hecho a “supuestas y apresuradas internas políticas”.
Por último remarcó que “están las auditorias y los mecanismos que corresponden para juzgarme como funcionario” y dijo que “como persona, me duele es que se juegue con el hambre de la gente. Me pongo a disposición de cualquier persona que quiera corroborar estos datos, si es necesario me presentaría en la justicia para aclarar” concluyó.