En líneas generales, explica el medio estadounidense, el Departamento de Defensa tiene la intención de poner en funcionamiento una vez más a las tropas de Operaciones Especiales estadounidenses en territorio ucraniano. Estos soldados asumirían tareas como espiar movimientos militares rusos y planear estrategias.
Programas como estos son considerados como una “forma de guerra irregular”. Según explicaron integrantes del Pentágono desde el anonimato, están destinados a utilizarse contra adversarios -como la misma Rusia o China-, con quienes el gobierno estadounidense compite, aunque no en un conflicto abierto.
Los críticos de la iniciativa, incluidos algunos en el Capitolio, se sienten temerosos y advierten que tales actividades corren el riesgo de llevar a EE.UU. a un papel más directo en la guerra. Sin embargo, el Estado Mayor Conjunto asegura que esta medida contribuirá, por medio de “tareas no violentas”, a “equilibrar la balanza”.
El debate surge cuando el conflicto bélico liderado por Zelensky y Putin se acerca al comienzo de un segundo año, y cuando la administración Biden acelera y amplía drásticamente el alcance de la asistencia militar que brinda al gobierno en Kiev, a pesar de las repetidas amenazas del Kremlin.