El 2 de enero comenzó en los Tribunales de Dolores el juicio contra los ocho rugbiers imputados por el asesinato de Fernando Báez Sosa, que tenía 18 años cuando fue atacado a golpes a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell.
Luego de tres semanas de audiencias en las que declararon testigos, peritos y acusados, el juicio llegó al último tramo. En sus alegatos la fiscalía y la querella pidieron que los rugbiers sean condenados a prisión perpetua.
Este tipo de penas se aplica con delitos como homicidio agravado, abuso sexual que resultara en la muerte de la víctima, desaparición forzada de personas, torturas que terminaran en muerte y traición a la patria.
Según señala el Código Penal en el artículo 13, la condena a reclusión o prisión perpetua tiene un máximo de 35 años de condena. Aunque también advierte que no es en sí una perpetuidad, ya que el condenado podría salir en libertad condicional.
Mientras que la defensa pidió la absolución de todos los acusados o que sean juzgados por el delito de «homicidio en riña», que prevé una pena máxima de seis años de prisión.
Un grupo de vecinos de la ciudad de Dolores organizó el domingo por la noche una vigilia para brindar «un abrazo solidario» a los padres de Fernando Báez Sosa, a pocas horas de que el Tribunal Oral en lo Criminal 1 local dé a conocer la sentencia del juicio a los ocho acusados de matarlo a golpes.
La iniciativa fue impulsada por vecinos del barrio Club Ferro. Cerca de las 22 se acercaron hasta el lugar Silvino Báez y Graciela Sosa, padres de la víctima, quienes agradecieron a los organizadores y reiteraron su pedido de justicia por el crimen.
«Quisimos darle un abrazo desde acá como vecinos a los padres. Organizamos esta vigila de manera espontánea a través del grupo de whatsapp que compartimos», explicó a Télam Lidia Moisá, una de las impulsoras de la convocatoria.