La verdad está en «el carácter de nuestro pueblo», y es precisamente la verdad la que derribó al nazismo, comentó el mandatario, mientras conmemoraba el 80 aniversario de la derrota de los nazis en la batalla de Stalingrado. La calificó de una batalla por la existencia de un país desgarrado, pero no conquistado.
Agregó que Rusia vuelve a verse amenazada por los tanques alemanes Leopard: «Increíble, pero cierto. Una vez más nos amenazan con tanques alemanes [Leopard] con cruces a bordo y vuelven a entrar en guerra contra Rusia en suelo ucraniano comandados por los descendientes de Hitler, por los seguidores de [Stepán] Bandera».
«Pero tenemos con qué responder y no terminará con el uso de vehículos blindados. Todo el mundo debería entenderlo. Los que nos amenazan, al parecer, no comprenden una simple verdad: todo nuestro pueblo, todos nosotros crecimos y absorbimos con la leche materna las tradiciones de nuestro pueblo, la generación de los vencedores, que crearon nuestro país con su trabajo, su sudor y sangre y nos lo transmitieron», manifestó.
En este sentido, Putin subrayó que una guerra moderna contra Rusia tendría un carácter distinto.
«Los que arrastran a Alemania a una nueva guerra y esperan ganar en el campo de batalla no comprenden que una guerra moderna contra Rusia será diferente», afirmó Putin.
Asimismo, aseguró que a pesar de los esfuerzos de muchos países, Rusia tiene muchos amigos, incluido el continente americano.
«Sabemos que, a pesar de los esfuerzos de la propaganda oficial, corrupta en esencia, de las élites occidentales hostiles, tenemos muchos amigos en todo el mundo, incluidas América, Norteamérica y Europa», subrayó el mandatario.
La batalla de Stalingrado
Los nazis y sus seguidores de casi toda la Europa conquistada fueron derrotados por los soldados soviéticos en Stalingrado, recordó el mandatario ruso.
«La batalla de Stalingrado ha pasado con razón a la historia como un punto de inflexión radical en la Gran Guerra Patria. Junto con la derrota de la mayor agrupación de la Wehrmacht y sus satélites, fue derrotada la voluntad de toda la coalición hitleriana. Los vasallos europeos y los secuaces de la Alemania nazi —y eran muchos los que luchaban cerca de Stalingrado, representantes de casi todos los países europeos de la Europa sometida— empezaron a buscar frenéticamente la manera de escapar, de eludir responsabilidades y de echar la culpa a sus antiguos amos», señaló.
Subrayó que entonces «por fin quedó claro para todos lo que el pueblo soviético sabía desde el principio: los planes de los nazis para destruir nuestro país, todas sus ideas de dominación mundial, estaban condenados al fracaso».
