
En la rotonda, se escucharon algunas voces exigiendo mas presencia a la Policía e interpelando a las autoridades politicas, entre ellas a la Ministra de Gobierno, Rosario Romero. Justamente, María de los Ángeles Méndez, una mujer que no conocía a Eric ni a su familia pero decidió autoconvocarse al conocer el caso, dijo que decidió sumarse a la marcha porque estaba “muy preocupada por lo que sucede en Concordia”, dijo que estaba reclamando a los actores políticos que “por favor se pongan a gestionar”. “Vemos que no están haciendo nada; que se sienten y diseñen políticas de seguridad y de prevención para que no haya mas otro Eric”, indicó.
La mujer remarcó que le pedía al intendente Enrique Cresto y al jefe de Policía más controles policiales o hacer allanamientos en los barrios para ver “qué pasa con la droga”. “No puede ser que la gente venga armada a la costanera”, dijo. “Te parece que la gente puede andar con un arma libremente y nadie dice nada. Que se revea la autoridad a las instituciones. No puede ser que a un policía se le rían en la cara, y que cuando quiera actuar, lo insulten o lo escupan y la Justicia lo castigue. Hay muchas cosas para hacer, pero falta voluntad política lamentablemente”, remarcó.
“Todos somos Eric hoy; la mamá que está destrozada que se despidió de su hijo y no lo volvió a ver y queremos, necesitamos, exigimos como contribuyentes que se jactan que la están agrandando a la Costanera y que están gastando millones, que nos den seguridad primero y después que sea una bella costanera para atraer turistas”, reclamó Méndez.
“No puede ser que, en nuestra querida Costanera, la que siempre hemos venido a disfrutar desde jóvenes, las que hemos venido a disfrutar con mis hijos y mis nietos, sea tierra de nadie”, dijo además la mujer. Algunos minutos pasadas las 21, la misma Méndez tomó el megáfono, al escuchar los gritos de reclamo de los manifestantes, y pidió un minuto de silencio como muestra de respeto a la madre de Eric y para escucharla. La madre agradeció a quienes se acercaron para acompañarla a reclamar Justicia. Luego la gente se desconcentró.
La costanera volvió lentamente a tener el ritmo habitual de todas las noches de verano. Muchas personas caminando, otras haciendo deportes, familias enteras paseando en auto, descansando en sillones o cenando algo ligero. Pero el paseo ya no será sinónimo de esparcimiento o disfrute sino de dolor y tristeza para la familia de Eric.