Fortunas sospechosas de ilegalidad invierten en la Patagonia

Por ejemplo: en el año 2000 el millonario ruso Alexander Katunin visitó la Argentina. Pronto comenzó a tejer un enjambre de empresas en alianza con personajes de la élite local que diseñaron una plataforma de aterrizaje para sus inversiones. Gracias a estas «sociedades pantalla», el ruso compró varias propiedades en la Patagonia, entre ellas: un campo de miles de hectáreas en el Lago Rosario, Pcia. de Chubut. Los cómplices argentinos del oligarca tienen algo en común; la pertenencia al Colegio Champagnat y su club de rugby. Algunos de ellos fueron luego funcionarios macristas.

Entre 2008 y 2012 Katunin recibió un crédito por U$ 180 millones de dólares del Banco Ruso VTB. Pero nunca devolvió ese préstamo. La entidad bancaria se sintió estafada, hizo una auditoría, y denunció que una gran parte del dinero había ido a parar a la Argentina. El ruso tiene un socio Ucraniano. Se llama Serguei Taruta. Es empresario y político. En Marzo del 2014 asumió como Gobernador de la Provincia de  Donetsk. Luego del Euromaidán, cuando Zelensky, el actual presidente puesto por la OTAN, derrocó al presidente legítimo, Vuconovich. Varios medios prestigiosos afirman que fue uno de los que financió al Batallón filonazi Azov. 

La disputa entre el Banco estatal VTB, el segundo más importante del sistema financiero ruso, y el multimillonario Katunin, es una trama sorda que se trasladó a la Argentina, donde dos actores políticos y económicos se vienen «trenzando» hace varios años en los tribunales de Comodoro Py, para ver quién se queda con dos «joyas inmobiliarias» de la Patagonia, y cuáles han sido las violaciones de los procedimientos legales de dicha operación. Una de estas joyas es el campo «Mamul», el de varias miles de Has. frente al Lago Rosario, en la localidad de Trevelin, Pcia. de Chubut, cuyo valor ronda los  U$ 100 millones de dólares y además tiene una posición estratégica por estar situado en la frontera con Chile, lo cual invalida una operación de venta a extranjeros.

Dos gemas turísticas más entran en el diferendo: una en Ushuaia, Pcia de Tierra del Fuego; la otra en el Chaltén, Pcia. de Santa Cruz.

La denuncia por estafa fue presentada el 23 de Mayo de 2016 ante la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) por los apoderados en Argentina del Banco Estatal Ruso VTB. El Ministerio Público Fiscal emitió un dictamen que hizo lugar al pedido y la causa comenzó a tramitarse en el Juzgado de la «eterna» María Romilda Servini de Cubría. Al año siguiente la causa avanzó algunos casilleros, cuando un informe aportado por la Unidad de Información Financiera(UIF), la Jueza resolvió embargar Mamul y ordenó la inhibición general de bienes del millonario ruso y de su familia. Pero a partir de entonces la causa comenzó a «encallar» por debates técnicos, esgrimas procesales y -según la querella- por presiones políticas.

Hasta que en Junio de 2018, Servini de Cubría dictó el sobreseimiento de los acusados por la imposibilidad de comprobar que el dinero empleado para las compras de las tierras provinieran de un «lavado de dinero». Dos meses más tarde, la Sala II  de la Cámara Nacional de Apelaciones confirmó el sobreseimiento. Y luego, en Febrero de 2019, lo propio hizo la Cámara de Casación con el voto de los jueces Gemignani, Hornos y Borinsky.  Solo falta la Corte Suprema, y aquí no ha pasado nada señores. !Viva Comodoro Py! 

Sin embargo, cuando todo estaba preparado para el festín de la impunidad, fue que estalló la gu​erra en Ucrania y un dato intrascendente apareció en el centro de la escena: resulta que el ruso Katunin tiene un socio ucraniano que se llama Serguei Taruta y según fuentes de Londres, financió también al Batallón Nazi 

Azov, la temeraria milicia neonazi. Entonces la querella presentó su segunda acusación contra Katunin argumentando que había cometido fraude procesal. Los defensores pidieron la prescripción de la causa, pero la Fiscal Alejandra Mangano desestimó el pedido, y la Jueza Servini de Cubría decidió no hacer lugar a la excepción de falta de acción por prescripción del abogado de Katunin. Por eso el interés por las tierras de la Patagonia no se disipa.

Entre sus insistentes ingresos a la Argentina, entre los años 2000 y 2016, el magnate Katunin utilizó ocho pasaportes distintos, y su esposa Tatiana Katunina mostró 14 documentos distintos. El magnate ruso para comprar el nombrado campo Mamul, creó una sociedad llamada Rosario del Lago, más un fideicomiso de nombre idéntico cuya administración quedó a cargo del argentino Alejandro Moyano Walker. A través de ese acto de simulación que implicó escriturar la compra del bien a nombre del «fideicomiso», el magnate extranjero pudo acceder al goce de una propiedad ubicada en «zona de seguridad de frontera».  La creatividad de ese diseño institucional estuvo a cargo de Patricia Lopez Aufranc, en representación del Estudio más importante del país, como reducto oligárquico jurídico,  como es el de Marval O´Farrel Mairal, en el cual estuvo ligado Mariano Grondona durante años.Especializados en «asesorar» a grandes empresas con el fin de eludir las disposiciones legales vigentes.

El precio fue estipulado en US& 7.800.000 dólares y los registros swif muestran que la  transferencia  se realizó desde una cuenta a nombre de Moyano Walker, con residencia en la ciudad de San Isidro (Pcia. de Bs As.) en el Banco Gutzwiller&Co. sito en Basilea Suiza, y derivado a otra cuenta  perteneciente a la parte vendedora ubicada en el Banco Mora SA ubicado en el Principado de Andorra( paraíso fiscal) Si uno toma la evolución del precio del campo puede hacerse una idea de la magnitud de la renta inmobiliaria: lo que en el año 2000 fue vendido por el Estado provincial( quien lo autorizó?) a la familia Hughes en 400 mil pesos/dólares, en 2007 ya costaba US$  7.800.000 de dólares y en 2022 supera los 100 millones de dólares  teniendo en cuenta que en ese lugar una Ha. vale US& 100.000 dólares. Por eso la batalla legal entre el Banco Ruso VTB y la familia Katunin se origina en siete préstamos que fueron desviados a fines distintos para los cuales se los habían solicitado.

Los apoderados del Banco que son querellantes en la causa argumentan que el millonario ruso vino a la Argentina con el propósito de construir «una autopista de lavado de dinero» que estaría al servicio de otros oligarcas rusos como Alexander Frolov, Alexander Abtamov y Román Abramovich entre otros. Este último es el dueño del Club Chelsea de Inglaterra.

VTB contrató a una segunda empresa de investigación,»Diligence», que realizó en 2016 un organigrama de los socios de Katunin en Argentina. Allí aparecen los socios que ocupan distintas funciones en los directorios de sus distintas empresas.

Además de Rosario del Lago, se investigan  Hostería Patagónica Calafate, Hostería Patagónica Ushuaia, Hostería Patagónica el Chalten, Ionet Limited, y Patagonia Spirit.

Junto al mencionado Moyano Walker, figuran José Drago y su esposa Mariana Martin y Herrera, Tomás José Guiralde, Rodrigo Braun de los supermercados» La Anónima». En el expediente figura también a Tomas Félix Elizalde quien figura como contador. Este  contador fue presidente de la Lotería Nacional entre 2015 y 2017¿Quién gobernaba?. Luego fue secretario de coordinación del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, hasta el final del mandato de Macri. Lo que se dice un «todo terreno». El interés de la Fiscalía es demostrar el modus operandi de empresarios extranjeros que con fondos de dudoso origen consiguen apropiarse de tierras fiscales gracias a la intermediación de operadores nacionales.

Y sino veamos otro ejemplo: en el año 2001 el estadounidense  Jefrey Lee Well, propietario de varios establecimientos turísticos en la Patagonia compró un terreno en el Lago Rosario y como apoderado figura José Luis Martínez Pérez que es titular de un estudio de abogados de Bariloche que participó del núcleo de operaciones de contra venta de terrenos que están hoy en manos de capitales transnacionales en la zona andina de Río Negro. Ese mismo año Martínez Perez accedió a un lote de 289 Ha. fiscales por la irrisoria suma de $ 40.500 pesos!!, luego desalojó a los pobladores mapuches que ancestralmente lo habitaban y los transfirió a Hidden Lake SA, que es propiedad de nuestro conocido Joe Lewis, el «secuestrador» de Lago Escondido.

Es muy triste revelar cómo poco a poco nos  van extranjerizando el país con la complicidad de los gobernantes regionales.

Primero vino Julio A Roca con el «remington» a aniquilar a los pueblos originarios, para repartir tierras entre la naciente oligarquía criolla, ahora, especuladores de fondos de orígenes espurios nos arrebatan tierras que nunca supimos valorar como debíamos.

Despertemos, no sea cosa que nos secuestren el espíritu de lucha por la soberanía que aún nos queda.

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