
Tampoco hay contradicción entre reclamar medidas redistributivas y ser parte de una coalición electoral antimacrista. Estamos dando la pelea interna para que se cumpla el contrato electoral de 2019 cuya cláusula central era «primero los últimos». Precisamente en solidaridad con los últimos y por lealtad a este contrato electoral, el Frente Patria Grande va a definir su corrimiento del bloque el 4 de septiembre.
Luchar en todos los terrenos contra el escandaloso empobrecimiento social que vivimos no es ninguna incoherencia; la incoherencia para quienes sostenemos la bandera de la Justicia Social es acostumbrarse a estos niveles de pobreza e indigencia en aras del pragmatismo. La desestabilización es hija de la desigualdad, no de la lucha. Una sociedad que naturaliza la indigencia es una sociedad intrínsecamente corrupta e inevitablemente inestable.
Ellos siguen ganando y ganando y dale que va. Sabemos cómo los grupos económicos manejaron el país durante el gobierno macrista. Sabemos que las medidas que el poder político le niega a los pobres responde al obstinado empeño de ricachones, monopolios y multinacionales por quedarse con lo de todos. Extorsionan por sus privilegios y ganan, porque a veces hay dureza de corazón para los pobres y blandura para los privilegiados.
Massa no hizo un solo anuncio para Los Nadie. Hemos esperado, esperanzados, sus anuncios. Nos vemos nuevamente defraudados. Nuestra obligación ahora es seguir luchando. Funcional a la derecha es la miseria. Quien niega la justicia de un reclamo cuando la mitad de nuestro pueblo es pobre, no puede llamarse peronista.