«Considerando que el mencionado edificio se encuentra alcanzado por la ordenanza de prevención arquitectónica y urbanística N° 28.779 pero los reiterados actos de vandalismo y accionar delictivo ponen en serio riesgo la preservación edilicia», se señala en el proyecto.
Para ello, reclamaron una iluminación óptima del predio educativo, la colocación de cámaras de seguridad y contar con vigilancia de lunes a viernes de 19 a 22 y los feriados y fines de semana de 16 a 22.
La problemática de la inseguridad no es nueva. Cabe recordar que en septiembre de 2018, el rector de la escuela en ese entonces, Guillermo Jurado, detallaba que desde 2015 hasta esa fecha se habían llevado «todo lo que se puedan imaginar: cinco baños completos, la parte de afuera de un aire acondicionado, mallas metálicas, cables, bombas de agua, tanques de agua, machimbres».
En agosto de 2020, Jurado denunciaba que un robo ocurrido durante un fin de semana era el cuarto acaecido durante ese año. Subrayó que: “la vez pasada nos llevaron el machimbre de 4 aulas, luego el alambrado perimetral y antes una ventana”. Aseguraba que se cometían robos pirañas y ya habían estado en contacto con autoridades policiales, concejales y autoridades de la Departamental de Escuelas: «pero no hemos tenido soluciones definitivas hasta el momento”. Ya reclamaban una guardia fija policial o municipal.
En febrero de 2021, el presidente de la cooperadora de la escuela, Roberto Maydana, sostuvo que cuando llegó a la escuela, encontró “puertas violentadas, ventanas con roturas de vidrios para llevar el aluminio y una mesada de acero inoxidable que estaba colocada en un depósito faltaba”. Asimismo, relató que “rompieron un marco de una puerta de aluminio blanco seguramente para comercializarlo en mercado negro”.
