La cuestión en debate se centró en determinar si una persona pública que estuvo involucrada en un tema de interés público tiene un “derecho al olvido” por el cual pueda solicitar que se desvincule su nombre de determinados contenidos que la involucran, alegando que por el paso del tiempo han perdido dicho interés y que, a su criterio, resultan inapropiados y, en consecuencia, lesionan sus derechos al honor y/o a la intimidad; o si, por el contrario, la medida de desindexación de información ordenada restringe indebidamente el derecho a la libertad de expresión, tanto en su faz individual como colectiva.
La Corte tuvo en cuenta que la Constitución Nacional garantiza una amplia protección a la libertad de expresión, la cual tiene un lugar preeminente en el marco de nuestras libertades constitucionales, entre otras razones, por su importancia para el funcionamiento de una república democrática y para el ejercicio del autogobierno colectivo del modo por ella establecido.
El litigio de Natalia Denegri contra Google
Natalia Denegri, empresaria gastronómica y presentadora de televisión, radicada en Miami, litigó contra Google porque en el buscador se la encuentra todavía como “la chica del caso Coppola”, ocurrido en 1996. Si bien Denegri ganó su juicio contra Google en dos instancias, la empresa del buscador presentó un recurso que llegó a la Corte Suprema.
Los argumentos de Denegri -cuyo abogado es Martín Leguizamón- son sólidos. Entre ellos está el hecho de que al momento del caso Coppola ella tenía 19 años, es decir que era menor, porque por entonces regía la mayoría de edad a los 21. Además, ella fue absuelta y se comprobó que la cocaína encontrada en su casa fue puesta por otras chicas, en combinación con policías, para perjudicar al exjugador Alberto “El Conejo” Tarantini.
Casi todos los que trabajaron en el expediente fueron condenados, empezando por el juez Hernán Bernasconi y su secretario, en una movida que también tenía bastante de política y que apuntaba igualmente a Diego Armando Maradona. En el caso siempre sobrevoló la sospecha de que Bernasconi y los policías bonaerenses tuvieron un guiño del gobernador Eduardo Duhalde dado que Coppola era entonces amigo de Ramón Hernández y concurría a la Quinta Presidencial de Olivos.
Justamente, Denegri y las otras chicas del caso, dicen que fueron usadas. Un ingrediente de la trama que nunca se esclareció es que los primeros denunciantes de la causa fueron Sergio Camaratta y Gustavo Prellezo, dos policías bonaerenses que muy poco después fueron condenados por el siniestro crimen del fotógrafo José Luis Cabezas.