“No sé qué está haciendo Romero, está yendo a las radios a hablar de nosotros cuando lo que tiene que hacer es poner los colectivos a trabajar. Tiene las llaves guardadas arriba en la caja fuerte”, indicó. Timón explicó que quien se haga cargo de la empresa tiene que abonar $ 150.000 por día de combustible, $ 1.500.000 mensuales para sueldos, se deben comprar cubiertas, etc.
“Lo que está pasando es un conflicto que viene desde hace un tiempo atrás. Como todos saben, los dueños de la 9 y la 9 A históricamente fue la familia Timón pero cuando dejó de ser una cooperativa para ser una sociedad de (capital de) riesgo simplificada, mi querido padre que todos lo conocen como ‘Chiquito’ Timón decidió darles acciones a dos empleados de él teóricamente de mucha confianza”, indicó Augusto a ‘Ahora Más’ (Oíd Mortales Radio). El hijo dejó en claro que no estuvo de acuerdo con esa decisión.
Luego comenzaron a trabajar en la sociedad “Esperanza Naciente” donde los tres socios tenían un 33 % de las acciones: la familia Timón, Romero y Lejarreta. Pero el 11 de mayo de 2021, Matías Daniel Romero le compró por $ 100.000 las acciones a Lejarreta y quedó como máximo acreedor- accionista y responsable de la firma. Si bien el hermano menor, Juan Francisco, era el responsable administrativo, Augusto sostuvo que esa reunión de traspaso de las acciones se produjo a espaldas de quien debía haber convocado al encuentro. “Se reunieron igual e hicieron el traspaso de acciones y nosotros nos enteramos un año después”, dijo.
“De haber sabido esto no hubiese andado como loco pidiendo plata a mis amigos, endeudando a la familia, embargando la camioneta, pusimos hasta la casa en venta porque tenemos un problema de arrastre que es que el municipio no cargó los datos de la empresa, y por culpa de esto, jamás pudimos cobrar los subsidios nacionales en tiempo y forma”, sostuvo Augusto. Y le hubiese cedido a Romero la responsabilidad de conseguir el combustible y pagar los sueldos.
Augusto sostuvo que recién el jueves pasado pudieron cobrar parte de noviembre y el subsidio nacional de febrero. “Y estamos casi a mitad de año”, remarco. En ese sentido, sostuvo que las demás empresas de transporte de la empresa ya percibieron el subsidio de marzo y ya están por cobrar el de abril.
Además, el representante de la familia Timón dijo que los otros socios: “divulgaron por todos lados que hicimos un fideicomiso para desviar el fondo fiduciario nacional y el fideicomiso estaba a mi nombre”. La empresa había hecho una moratoria de pagos. No obstante, un subsidio nacional, de $ 2 millones mensuales, dejaron de venir por cinco meses. “Nosotros teníamos un acuerdo con la Afip para pagar pero necesitamos la firma de él para adjudicar el fideicomiso pero no quiso firmar y la plata de febrero, que recién cobramos la semana pasada, entró el subsidio y la plata la retuvo el embargo y los empleados se quedaron sin cobrar”, dijo.
Respecto de los empleados, dijo que estén divididos. Sostuvo que hay una quincena entre choferes, quienes trabajan de noche y dos inspectores, que están de paro por falta de pago. “Es más que entendible porque este socio decidió meter la plata al embargo de Afip y no al fideicomiso para pagar los sueldos”, señaló.
Por último, dijo que temía que las otras empresas se hagan cargo del recorrido por los puestos de trabajo de los empleados. Y sostuvo que si fuese al revés, si estuviese interesado en quedarse con otra línea, no buscaría ni mecánicos ni inspectores. Solo choferes. Pero, sostuvo, hay empleados que no ven que su trabajo está en riesgo. “Hay gente que se está por jubilar. Es un problema muy grave”, indicó.