El magistrado está concentrado en la persona que entregó el original y el dinero adelantado para confeccionar los afiches en la imprenta Viagraphic, de Lanús. El dueño de esa empresa, Julio César Franchino, declaró ante el fiscal Leonel Gómez Barbella, pero después de eso se hizo un allanamiento y se secuestró documentación y las cámaras de la imprenta.
Con esa evidencia, el magistrado concluyó que los carteles se pusieron en marcha tras la visita a la imprenta de Emanuel Isaias Montiel, quien llegó a Lanús en un Fiat Palio. Montiel habría entregado el original y el dinero del adelanto. Sobre esa base, el juez directamente lo imputó como responsable, ordenó su detención y el allanamiento de su domicilio en CABA. No está claro quién es Montiel: incluso podría ser un remisero. Pero el juez va a tirar de ese ovillo.
Hay una segunda pista propuesta por el fiscal Gómez Barbella y aceptada por el magistrado. Los carteles remitían, a través de un código QR, a un sitio de internet. El juez ordenó una investigación sobre la empresa que manejó ese sitio, GoDaddy.com, y la intimó a que en 24 horas informe quién registró el sitio Cristinauta.org que figuraba en los afiches.
Existe también otro indicio que habrá que rastrear. El dueño de la imprenta, Julio César Franchino, aportó un pendrive en el que estaban las instrucciones de cómo imprimir los afiches, cuánto pagar y dónde pegarlos. Supuestamente el pendrive es del jerárquico-vendedor de la imprenta, Francisco Serrano, que cursó el trabajo de los afiches dentro de Viagraphic.
Porteño
En paralelo está interviniendo el fuero en lo correccional porteño a raíz de la presentación del ministro de Seguridad de CABA, Marcelo Dalessandro, y el ministerio público de la Ciudad. Ese expediente lo instruye el fiscal Mauro Tereszko. La orientación parte de la declaración del dueño de la empresa de fijadores, quien sostuvo que lo contactó Serrano para pegar los carteles.
En una extraña declaración ante la policía, Darío Méndez afirmó –sin presentar evidencias– que Serrano lo contrató para pegar carteles y que sabe que Serrano trabaja con el publicista peronista Enrique «Pepe» Albistur, por lo que éste mandó a hacer y pegar los carteles. Lo que argumentó es que el mundo de los afiches es chico y “todos se conocen”. No más que eso: no aportó ninguna prueba.
En la vivienda de Méndez –que pega carteles para todas las fuerzas políticas, para artistas y publicidades de eventos– se encontró un vehículo ploteado con las caras de figuras del Frente de Todos y eso lo divulgó el ministerio público porteño –alineado con el PRO– apuntando al peronismo.
Tal vez lo más trascendente es que el fiscal Tereszko citó para este miércoles a Serrano. El jerárquico de la imprenta, que viene esquivando la citación de la Justicia nacional, avisó que concurrirá. O sea que su elección por el fuero porteño tal vez sea un indicio de que va entrar en el juego de echarle la culpa al peronismo. De todas maneras, aunque lo que diga será importante, lo decisivo estará en las pruebas.
Guerras
Durante la jornada de este martes presentó un escrito, asistido por el estudio Fontán Balestra, el publicista ligado al PRO Valentín Bueno. El texto es muy breve, se puso a disposición del juez y señaló que no tuvo ninguna relación con los carteles. El nombre de Bueno fue introducido en la causa, escrito mediante, por Albistur, en base a que Serrano trabajó en la empresa de Bueno hasta junio de 2021. Allegados a Bueno afirman que ese hecho no lo relaciona con los carteles.
Aunque el delito que se investiga es muy menor –hurto–, todo el escándalo de los afiches es de trascendencia política. Las acusaciones vuelan de un lugar a otro: entre el peronismo y el macrismo y dentro del propio peronismo. En ese mar embravecido habrá que esperar lo que digan este miércoles el hombre del Palio, por un lado, y Serrano por el otro. Pero, además, serán decisivos los peritajes sobre el pendrive, el informe sobre la página web a la que llevaban los carteles, los cruces de llamadas y mensajes y todas las pruebas objetivas.
