En principio, vale remarcar que lo que aquí se pone en manifiesto son dos posturas antagónicas sobre la personalidad de un mismo sujeto, válidas y argumentadas cada una de ellas por profesionales de la psicología. Dicho esto el objetivo de este artículo es asistir y profundizar en estos debates que se generan con frecuencia dentro del ámbito judicial, para ver cómo funcionan en general los equipos interdisciplinarios, qué tan comprometidos están con las causas que se investigan y el por qué de sus conclusiones, teniendo en cuenta siempre la premisa de que cuanto más se conozca e informe de cómo funciona el sistema de justicia, más legitimidad tendrá ante la ciudadanía.
Un sujeto y dos diagnósticos de personalidad opuestos
La próxima semana se realizará en los Tribunales de Concordia un debate judicial entre dos profesionales de la psicología, que debatirán los argumentos de sus diagnósticos completamente opuestos acerca de la personalidad de un hombre que enfrenta desde hace tres años una denuncia por abuso sexual a una menor, de entonces 4 años y con quien todavía no se le permite tener contacto. El encuentro se realizará con presencia del abogado del acusado, el fiscal, el representantes del Ministerio Pupilar y un juez que definirá qué informe es el correcto y tomará en cuenta para avanzar en el proceso investigativo, para luego dictar sentencia.
Los hechos
En diálogo con DIARIOJUNIO, la psicóloga Adriana Echeverriborda contó que el acusado llegó a su consultorio en noviembre del 2019 para ser evaluada su personalidad dentro del ámbito psicológico. “Nuestros informes deben realizarse con entrevistas y baterías de tests psicométricos y proyectivos, que su aplicación y evaluación es incumbencia absoluta de los profesionales Psicólogos”, explicó la licenciada, y aclaró: «Nosotros no decimos si el presunto abusador cometió el hecho o no, sino que analizamos las características psíquicas del sujeto en cuestión».
Un año más tarde, en el 2021, la justicia ordena que el psiquiatra judicial, Julio Curotto, entreviste al acusado y establece además que la licenciada Echeverriborda sea veedora de ese encuentro. Allí, y según palabras de ella, «esa entrevista duró 47 minutos exactos, mientras que el exámen Psicológico fue realizado en 4 sesiones de 1 hora y media cada uno». Y cuestionó: «Sin embargo el Doctor Curotto presentó luego un diagnóstico en el que afirma que las características del padre, efectivamente están dentro de los rasgos del trastorno antisocial, psicopatía o trastorno de la moral».
En consecuencia, Echeverriborda se manifestó en contra del dictámen de psiquiatra judicial: «Evalué a esta persona en cuatro oportunidades de manera exhaustiva y con diferentes métodos de análisis, y el informe que presenté ante la Justicia argumenta y sostiene que sus rasgos no corresponden con una personalidad psicopática o sociópata», insistió «Además de cada aspecto evaluado, para el diagnóstico de este trastorno es necesario que el individuo tenga un historial de trastornos de la conducta antes de los 15 años de edad e implique muchos aspectos de su vida desde la adolescencia a la madurez, aunque también hay elementos presentes durante la primera infancia. Aspectos que, a mi entender, no fueron tenidos en cuenta para determinar el diagnóstico dado»
Ante la gravedad del caso, la justicia decidió entonces citar a ambos profesionales la próxima semana en Tribunales para hacer una debate judicial con intervención de un magistrado, el representante legal del padre, el fiscal y un representante del Ministerio Pupilar, a fin de determinar efectivamente qué diagnóstico le corresponde al individuo acusado, avanzar en la investigación y dictar una sentencia que podría terminar en la revinculación de la menor con su progenitor – con todo el riesgo que ello implica si el dictámen no es el certero – o con la privación de libertad para el hombre.
Vale aclarar que durante estos tres años y a pesar del informe inicial de la psicóloga, el padre igual estuvo impedido de ver a su hija, que es lo que resuelve la justicia siempre en primer instancia para proteger a la víctima.
«Creo que este debate es necesario para dejar un precedente de esas situaciones en el que se le impide a cualquier progenitor – sea madre o padre – el contacto con un menor por un diagnóstico que, a mi entender, no es certero. He tenido varios casos en los que si hay rasgos evidentes de personalidades psicopáticas, pero hay otros que no. Y si bien es extremadamente grave el daño que se le puede hacer a un padre, es peor aún para un niño. La acusación falsa y el consecuente alejamiento de uno de sus progenitores por un diagnóstico, creo yo, hecho a la ligera, es un daño injusto e irreparable para cualquiera de los involucrados», remarcó.
Y concluyó: «los letrados respetan y toman las pruebas periciales con la seriedad de cualquier otra prueba, por lo que es un compromiso y una tremenda responsabilidad la que tenemos que poner de manifiesto cada uno de los profesionales que cooperamos con la justicia para que ésta no sea Injusta»
Vale aclarar que este medio dialogó también con el doctor Curotto sobre el artículo, pero el profesional prefirió guardar confidencialidad.
Diana Slavkin