El funcionario fue secuestrado, denunció, durante una incursión efectuada por una decena de militares rusos en el centro de crisis de la localidad ubicada en la región de Zaporiyia, sureste del país.
Según informa la agencia ucraniana UNIAN, Fedorov se negó a colaborar con los rusos, y había decidido mantener la bandera ucraniana en el Ayuntamiento de la ciudad.
«Le pusieron una bolsa en la cabeza y se lo llevaron con rumbo desconocido», declaró Gerashchenko, sin dar por el momento más detalles y a la espera de una respuesta de Rusia, informó la agencia de noticias Europa Press.
Más tarde, el Ministerio de Exteriores de Ucrania lanzó un comunicado en el que alerta de que la «agresión armada» de Rusia está siendo acompañada de «graves violaciones de las normas y principios del Derecho Internacional», incluyendo en este sentido las normas sobre garantías humanitarias, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
La cancillería, en tanto, considera que todas estas violaciones se pueden resumir en el secuestro del alcalde de Melitopol, un hecho que el Ejecutivo calificó como un «crimen de guerra» que va en contra de los Convenios de Ginebra y de los acuerdos que establecen la prohibición de la toma de rehenes civiles durante la guerra.
En este punto, el Gobierno instó a la comunidad internacional a que «responda de inmediato» al secuestro de Fedorov y «otros civiles», y que «aumente la presión sobre Rusia para que ponga fin a su guerra barbárica contra el pueblo ucraniano».
