Desde la empresa que regentea el Ayuí, Balace SRL, les hicieron saber que el hotel reabre las puertas el 1° de noviembre. “Son ellos los únicos que pueden hacerlo en este momento”, indicó. Pero, hasta ahora, no se hizo una convocatoria formal correspondiente a los trabajadores para que se presenten a prestar tareas dentro de las categorías que les corresponde. “¿Qué quiero decir con esto? No puedo poner a una mucama a pintar el hotel para ponerlo en condiciones. Eso excede –más allá de que los trabajadores deben colaborar porque está previsto dentro de las leyes de contrato de trabajo- con creces esa obligación de prestar colaboración que tiene el trabajador”, remarcó.
El abogado dijo que en breve mantendrán una nueva reunión con los trabajadores. Los empleados quieren volver a trabajar pero no de cualquier manera. “Quieren trabajar bien, quieren ser respetados”, indicó. “Ellos son empleados de un hotel emblemático de la ciudad, no de cualquier empresa. Están en un lugar estratégico. Esto tendría que ser un llamado de atención parta las autoridades políticas que nos representan. No puede ser que un hotel de esas características, de la envergadura que tuvo un gran auge en una época, este cerrado”, reflexionó.
Centurión dijo que se están realizando en estos días algunos trabajos de refacciones pero no sabe qué grado de seriedad tienen. “El hotel está en condiciones deplorables. Pero esta situación no es por la pandemia. Ya estaba en condiciones muy tristes desde antes de la pandemia. Lo sé porque tome contacto en forma personal desde antes de la pandemia y estaba sorprendido del estado de deterioro que tenía”, remarcó
“El reclamo de los trabajadores sigue vigente, en pie. En este momento se ha llegado a cubrir casi todos los haberes. Estaría quedando pendiente solo el mes de septiembre. Septiembre todavía no se pagó. Los pagos vencen el día 5 de cada mes así que ya estaría vencido”, indicó el abogado. De hecho, indicó que se empezaron a regularizar los pagos cuando los empleados comenzaron a manifestarse en la calle. “Ahí empezaron a regularizar y, de hecho, se pagaron tres meses que se estaban debiendo”, indicó.
Hace poco, Balace les ofreció a los empleados capitalizar el hotel de una forma “inviable”. Desde la firma les habían explicado que no tenían el dinero suficiente para poner en condiciones el hotel, y mantener los sueldos, y seguir adelante con todas las posibilidades y demás”, resaltó. Para ello, los trabajadores debían renunciar a sus indemnizaciones o que las empleen aportándolas como capital en el establecimiento. Centurión dijo que era ‘improponible’. “Yo no puedo proponerle eso a nadie”, dijo. Por lo que el ofrecimiento fue “absolutamente rechazado”.
De hecho, indicó que esa propuesta “insulta la inteligencia” de los trabajadores. “Es grave, no solo desde el hecho en sí mismo sino desde lo que representa, desde la mirada que tiene el empleador de su empleado. Es absolutamente descabellado”, indicó. El abogado dijo que, en caso de acceder a la propuesta, si el hotel explotase de gente en el futuro, los trabajadores no iban a disfrutar de esas ganancias sino que seguirían recibiendo el sueldo que les corresponde por convenio. Socios en la capitalización o en las pérdidas pero no en las ganancias.
Centurión dijo que hace muchos años que no se les pagan los aportes patronales, jubilatorios, ni de obra social. De hecho, la obra social se mantiene porque el sindicato que los agrupa, la UTHGRA (Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina), aporta para que los trabajadores no pierdan la obra social. “Ahí el que está poniendo el pecho es el sindicato. Hay que decir la verdad”, dijo. Pero las retenciones se les descontaron lo que equivale a decir que hay una retención ilegitima de los aportes. “Eso es gravísimo”, indicó.
Respecto de los aportes jubilatorios, indicó que las personas que trabajan en el hotel pueden llegar a encontrar con que se les adeuda 10 o 15 años de contribuciones a la Anses. “Se encuentran con un gran problema a una edad en la que no tiene ganas de estar luchando con esas cosas. Se quiere jubilar tranquilo porque trabajó y es su derecho”, indicó.