Por Fosforito
Concordia otra vez en la plana mayor, en letras de molde, como la ciudad más pobre del país. De nuevo las imágenes de los asentamientos ilustrando las noticias nacionales, dejando bajo la alfombra su trasero opulento.
La culpa es del peronismo, algo que se repite como siempre y como un mantra.
Dicen que es porque los pobres más pobres los votan porque están captados por la dádiva y toda la batería de asistencia social que por diferentes canales bajan hacia los más desahuciados. Y entonces, cómo la pobreza les sirve para ganar elecciones, procuran que nada cambie.
La culpa es de los 38 años de intendencias peronistas ininterrumpidos. Ese es, más o menos, el argumento en modo simplón.
Sin embargo, parece que las últimas elecciones mostraron que no era tan así. Al final, el pobretaje no eran zombies hambrientos, sin albedrío, y con un voto cantado en la mano.
También me preguntaba si la prosperidad de algunos no será también culpa del peronismo: Vi a muchos empleados o pequeños emprendedores convertirse en importantes comerciantes y empresarios, sobre todo -¿casualmente?-, bajo la versión llamada «populista» del peronismo. Vi a los que tenían poco y nada pararse como media sucia. Y vi a muchos de esos mismos bajar las persianas cuando bajaron a los gobiernos «populistas».
Durante los 12 años de gobiernos calificados de “populistas” (populismo y peronismo no son necesariamente lo mismo), alrededor de 10 millones de personas pudieron salir de la situación de pobreza (Según datos de CIFRA.CTA del 2015) para volver a caer de a cientos de miles por la canaleta de la deuda, los tarifazos, la devaluación, la timba financiera… Solo hicieron falta 4 años más de un modelo económico diseñado en Washington -que ha sido transversal a todos los sellos partidarios que gobernaron desde el retorno de la democracia en 1983- y 2 años de un gobierno atado, algo timorato, y atravesado por la tormenta una pandemia mundial.
Despierta una cosa rara escuchar y leer a conciudadanos que celebran la mala nueva repetida: el primer puesto como la ciudad más pobre del país, como si de alguna manera los datos oficiales confirmaran su mirada negada y asqueada por la ciudad en la que viven y actúan.
Como si nadie más que el peronismo tuviera la responsabilidad por la situación de la ciudad. Como si se tratara del principado de Concordia, ajeno a todo lo demás.
¿Y vos?
¿Y vos? empresario de la actividad primaria, quebrador serial, que se asocia o se esconde detrás de empresas fantasmas que explotan alrededor de 20 mil trabajadores golondrinas de la región, precarizados e informales, muchos con familia, que trabajando sin interrupciones y con viento a favor no llegan a ganar 30 mil pesos al mes. ¿Vos no tenés nada que ver con la pobreza que hay en la ciudad?
¿Y vos? Vos que pones financieras y repartís volantes de créditos a sola firma en inmediaciones de los bancos donde pagan a los pobres, aprovechando que esa gente solo con deuda infinita se puede dar un gusto y llegar a fin de mes. ¿Vos sos un filántropo?
¿Y vos? Vos comerciante, vos empresario, reputado y quejoso, que anota a sus empleados por media jornada –si los anotás- cuando laburan todo el día y que con dos sueldos en el grupo familiar no superan la línea de pobreza. ¿No tenés nada para decir, además de justificar tu conducta siempre cargando contra un Estado que te asfixia y así no se puede ganar plata?
¿Y vos? Vos que te decís “el campo” y arrendás lo que heredaste para que otro lo labure, mientras te dedicas a hacer la plancha, cambiar dólares en las cuevas y hacer negocios inmobiliarios ¿Vos sos un emprendedor?
¿Y vos?, profesional recibido en la universidad que pagamos todos, que blasfema contra el Estado, pero si podés te hacés unas horitas en el ámbito público para tener aportes y jubilación y después sos un monotributista de morondanga que no entrega factura y cobra plus, que la levantás en pala en tu actividad privada. ¿Vos sos del tipo de gente que le hace falta a esta ciudad para salir adelante?
¿Y vos? Vos que tuviste toda la vida una empleada doméstica que no sólo limpiaba tu hogar, hacía los mandados y cocinaba, también cambiaba los pañales y cuidaba de tus hijos desde la más tierna edad y que cuando se volvió inútil la mandaste para su casa tan o más pobre como llegó un día a la tuya. Y, mientras le dabas las muchas gracias, le dijiste que averigüe si no se podía jubilar con la Cristina. ¿Vos sos un filántropo?
¿Y vos? Vos que no pagás un pito de nada, y puteas a diestra y siniestra por las calles rotas y sin luces, y porque tu mamá pensionada cobra una miseria y la tenés que ayudar para comprar los remedios y para comer ¿Vos sos otra víctima del estado de abandono?
¿Y vos? Vos que arrastrás el culo por el pasto como un perro con parásitos por cualquier chanta con plata, que le reservas la mejor mesa de tu restorán, que lo mirás con un dejo de envidia e inspiración, sin importarte cómo la amasó, pero que desprecias al croto y lo mandás al mozo, otro pobre que depende de la propina para ganar un dinero decente, a echarlo de tu local exclusivo. ¿Hay que cuidar el negocio, no?
¿Y vos? A vos que te resulta una viveza para imitar los que joden al fisco, los que vacían empresas y dejan el tendal, que si te dieran los huevos y supieras cómo, lo harías sin pudor, sin el mismo pudor con el que después pedís bala para el que se afanó la batería de tu auto. ¿Vos sos de los ciudadanos bien pensantes, no? .
¿Y vos? Vos que te quejás de los que meten la mano en la lata, pero que cada vez que podés sacar alguna ventaja te sentís un Robin Hood para vos mismo… Y sí, parece que cada uno curra hasta donde le da la inteligencia y la oportunidad… Entonces, ¿te sentís con derecho natural y repetís esa justificación de ladrón que le roba a ladrón…?
Ah, pero qué barbaridad somos la ciudad más pobre del país.
Resulta que ahora te indigna la pobreza de los pobres que desprecias y que ni siquiera conocés y te arrimás, más allá de la vista panorámica que desde la ruta tenés de los asentamientos donde viven todos esos que mejor tenerlos lo más lejos.
Vos que te escandalizas casi como celebrando y comentas las noticias de esta ignominia escribiendo con ironía el hit carnavalero “Arriba Concordia”.
Vos, el mismo que repite que por algo será lo que les pasa, que si les va mal es que no se han esforzado lo suficiente, ahora te sentís compungido cuando ves las villas de tu ciudad en el «prime time» de la televisión nacional, mientras te bajás un vino que cuesta más de lo que le pagaste al pobre chango que estuvo toda la tarde al rayo del sol podándote la ligustrina, sacando los yuyos de tu jardín y cortándote el pasto.
Vos, que aparte de despreciar al pobre, lo empobreces y vivís de él.
Ah, no, claro. La culpa es sólo del peronismo.
Dormí tranquilo.