Roh explicó que, al principio, se entendía la situacion por la pandemia. En ese momento, los empleados hoteleros cobraban el 75 % de sus salarios. «Después empezó a fraccionarse cada vez más hasta que desapareció el sueldo», remarcó.
«Son 18 trabajadores con carga de familia que están atravesando una situacion muy complicada. El hotel cerró cuando cerraron todos por la pandemia. Mientras tanto, ellos siguieron cobrando una parte de su salario. Esa parte después se empezó a fraccionar en cuotas, cuotas muy chiquitas», indicó Roh.
El gremialista explicó que los trabajadores «tenían que andar buscando la forma que la empresa les pague, yendo a la casa de quien les manejaba el hotel».
La indefinición laboral se mantuvo en el tiempo mientras duraba la pandemia. Pero los trabajadores, al ver que comenzaba a reactivarse el turismo, al visualizar que comenzaban a abrir los hoteles y a flexibilizarse los horarios de los restaurantes, vieron que su situación iba en sentido contrario.
La empresa comenzó a alejarse cada vez más de sus empleados. Roh sostuvo que hace tres meses que no les pagan los sueldos ni les atienden las llamadas. «Son 18 familias que hace tres meses que no cobran los sueldos», indicó.
En consecuencia, están en una especie de limbo laboral. Los empleados no saben en que situación se encuentran. Desconocen si su trabajo se mantiene, si la empresa quebró o si seguirá adelante. «Se cansaron de mandar mensajes a las personas que manejan el hotel esperando una respuesta que no tienen», indicó.
Hasta ayer, esperaron pero ya no más. Salieron a la calle a exigir una respuesta y a luchar por su fuerte laboral. «Ellos quieren que el hotel abra para recuperar su fuente de trabajo», indicó.
Roh remarca que son varios los actores que podrían intervenir. Por un lado, está la CTM que lo cedió hace muchos años a la Codesal (Corporacion para el Desarrollo de Salto Grande). A su vez, la Codesal lo concesionó a la firma Balace SA. «Hoy nadie se hace cargo pero son todos responsables solidarios de los que les pasa a los trabajadores. La Codesal se desentiende; la CTM también. A los trabajadores no les queda otra que ir a la calle a reclamar», indicó.
De la misma forma, cargó las tintas sobre la Secretaría de Trabajo de la Provincia. «Los trabajadores llaman al numero que llamaban habitualmente pero nadie los atiende», dijo.
Roh explicó que podrian considerarse despedidos porque ven que el hotel está cerrado. De esa forma, podrían poner en marcha el proceso de cobrar la indemnización. Pero quieren saber fehacientemente si el establecimiento volverá a abrir. Además de la deuda salarial, quieren que se pongan al día con la obra social, el sindicato y las jubilaciones. «Necesitamos que la empresa se siente en una mesa de diálogo, les explique a los trabajadores la situacion y entre todos les busquemos una salida porque pasa el tiempo y los trabajadores no pueden estar sin trabajar», remarcó.
El responsable de la UTHGRA explicó que un empleado que fue despedido sabe que debe ir a buscar otro trabajo. Pero los empleados del Ayuí no saben, en caso de encontrar otra fuente laboral, si pueden ser llamados nuevamente a trabajar en el hotel. «Están en una nebulosa», indicó. «Los hoteles que cerraron les pagaron a los trabajadores lo que les correspondía. Negociaron, via Ministerio de Trabajo, vía la Justicia, acuerdos. Llamaron al sindicato y se pagó hasta el último peso. Los trabajadores se desvincularon de esa manera; no de la manera que hace el Hotel Ayuí dejando a los trabajadores en la calle sin comunicarles nada», indicó.
Asimismo, explicó que si desde el hotel deciden cerrar las puertas definitivamente, los empleados están dispuestos a seguir trabajando de alguna manera. «Lo que menos quieren es dejar el Hotel así como está o dejar su trabajo», indicó.
Más adelante, Roh sostuvo que los trabajadores no pueden ingresar pero lo que se puede ver desde afuera es que «está todo desordenado; hay cosas amontonadas; es un estado de abandono; falta de limpieza». En resumen, «no hay nada que diga ‘mañana abrimos el hotel y se puede volver a trabajar’. Es muy dificil pero los trabajadores no pierden la esperanza y están pidiendo ayuda», indicó.
«Nosotros, ustedes, todos vivimos de cobrar un sueldo y estar tres meses sin cobrar un sueldo; viviendo de la ayuda que le pueda dar alguien, algún familiar… Pero en algun momento se agota eso porque no pueden estar viviendo de prestado», reflexionó.
Roh no dejó pasar la oportunidad para remarcar que son conscientes que detrás de la empresa hay un proceso judicial en marcha. De hecho, en octubre del año pasado, el Juez de Garantías Darío Mautone dispuso “la apertura de la etapa de juicio” y remitió a la Sala Penal de Concordia la causa caratulada “Mazurier, Luis Alberto y Otros s/Peculado” Leg. Nº 6338/10, que se sigue contra Mazurier y otras cuatro personas. Sólo resta saber el día y la hora en que dará comienzo el juicio oral y público, en el que un tribunal colegiado deberá labrar sentencia, condenando o absolviendo a los imputados.
El gremialista dijo que la pelea es por reabrir el hotel. Pero no quiso llevar el tema mas allá de lo estrictamente gremial. «Los trabajadores están en una situacion muy vulnerable, están muy complicados. Esperan un gesto de Mazurier o de Villanueva que era quien estaba manejando el hotel para que los llamen y les digan cual es la situacion real. Pero nadie aparece ni nadie se hace cargo», indicó.
Por último, adelantó que se volverán a reunir esta semana, antes del viernes, para saber que pasos seguir. «Nadie puede vivir con $ 8.000 o $ 10.000 por semana. No sirve; no existe», indicó. «Necesitamos que la empresa aparezca y diga: ‘señores la situacion es esta; podemos o no podemos’ y que los trabajadores digan si aceptan o no aceptan lo que la empresa diga. Pero es dificil hablar solo porque del otro lado nadie aparece», recalcó el responsable del gremio de los hoteleros.
