Si bien la muerte del enfermero se produjo el 4 de julio, recién ahora su familia habla del tema. «Nunca se pudo recuperar del linchamiento que sufrió cuando contrajo el virus”, aseguró su padre Miguel y detalló que desde aquel día, él no pudo volver a dormir bien.» Trabajaba durante el día y a la noche se acostaba pero no podía conciliar el sueño. Sufrió mucho e iba a laburar casi sin dormir”.
» El cuerpo de Daniel soportó un año así, pero el 4 de julio uno de sus hermanos lo encontró muerto en la cama producto de un paro cardíaco», contó su padre y pidió «que nadie olvide a su hijo, de su trabajo y de su sufrimiento».
La agresión
Todo se inició el 19 de junio del 2020 cuando al enfermero le dio resultado positivo un hisopado por coronavirus. El hombre ya se encontraba aislado en la casa de su madre a partir de que se conociera una serie de casos positivos en el policlínico ADOS de Neuquén, donde trabajaba.
Luego de haber sentido tos y dolor en el pecho, Porro se realizó un nuevo hisopado, el cual le dio negativo, por lo que volvió a su casa y se reincorporó al trabajo. No obstante, cuando llegó a su domicilio, empezó a recibir agresiones por parte de los pobladores del barrio. «Andate porque sos un caso positivo y te vamos a quemar la casa, no queremos gente como vos acá en el barrio», denunció Porro en los medios locales y agregó que lo amenazaron también con robarle el auto.
Días después se desató la violencia, cuando el enfermero recibió el llamado de un vecino que lo invitó a salir a la vereda. Porro enfrentó la situación y todo derivó en insultos y pelea, fue atacado a trompadas y patadas, hasta quedar inconsciente.
