Sol vive en el barrio Cipo, en la intersección de 11 de Noviembre y Nogoyá. “Estamos con pozos que están rebalsando, El camión atmosférico va cada vez que venimos a protestar. Hay muchos chicos llenos de granos porque siempre andamos pisando mierda. Cada vez que llueve se desborda todo eso y la verdad es que ya estamos cansados. Es el cuarto petitorio que venimos a entregar al municipio”, dijo Sol.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, muchas mujeres incluso con niños, con bombos y banderas, se concentraron en el acceso principal al municipio que se cerró completamente. “Apenas llegamos nos cierran la puerta y creo que esto es un servicio a la comunidad. Y nos ponen siempre policías adelante”, indicó.
Por delante, un grupo de efectivos policiales formaron un cordón para evitar el ingreso de los reclamantes al hall de entrada. En consecuencia, una veintena decidió apostarse en la esquina de Mire y Urquiza cortando el tránsito, al impedir el paso a los automovilistas, y otro en el acceso al estacionamiento trasero del municipio, por calle Alberdi.
De la misma forma, la referente del MTR expresó que viven en un estado de inseguridad permanente dado que la baja iluminación convierte el paisaje cotidiano en el que se mueven en una “boca de lobo” luego del atardecer
“Queremos que nos atienda alguien. De lo contrario, volveremos mañana o pasado o todas las veces que sean necesarias. Creo que los derechos de nosotros tienen que ser escuchados y uno de los derechos es tener una vivienda digna”, indicó. “Queremos que nos den respuestas”, añadió.