El 3 de julio pasado, un chofer de remisse de la empresa Orellana, Gustavo Cordero, de 41 años, acudió a un llamado, pero fue herido de muerte producto de un asalto sucedido en el barrio José Hernández, detrás de hospital Ramón Carrillo. El chofer salió de la base a un pedido en calle Rívoli, en el barrio José Hernández. Pero no llegó a destino ya que en el camino levantó un pasajero y se presume que esa persona fue quien lo hirió de muerte. Poco después, a causa de las heridas recibidas, perdió la vida.
Dos días más tarde, el lunes 5, familiares y colegas de Cordero encabezaron una marcha a Tribunales. Daniela Cordero, hermana de la víctima, dijo que fueron a reclamar Justicia. “Queremos saber qué pasó con Gustavo. Quienes son los que lo mataron. Lo mataron por nada porque no alcanzaron a robarle nada, ni plata ni nada”, indicó.
El jueves 8 de julio, otra de las hermanas de Gustavo, Belén Cordero, pidió más recursos al municipio para la lucha contra la delincuencia. De hecho, indicó: “la mayoría de las cámaras que aportaron al asesinato de mi hermano son cámaras privadas y no cámaras del municipio”, dijo. Según sostuvo, en toda avenida Istilarth, “hay una sola cámara que no funciona”.
No obstante, esta semana, el director de Electrotecnia. Andrés Villalba, dijo que en la zona hay “tres cámaras domo en las esquinas de Isthillart con Vélez Sarsfield, Las Heras y San Lorenzo. Las tres funcionan perfectamente y registran lo que ocurre en esas zonas, además tenemos otros domos en otras zonas de la ciudad”, puntualizó Villalba.