El dato que puede ser escalofriante, esperanzador, conmovedor, o todo junto, según cómo se lo mire, fue proporcionado a DIARIOJUNIO por el Director de Asistencia Inmediata de la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad, Ariel Toledo.
La cifra es contundente: antes de la pandemia había 60 merenderos solidarios relevados en toda la ciudad. Hoy el número asciende a 111, según los últimos registros, y parte de ellos se fueron convirtiendo -además- en comedores, según la necesidad de la población en cada barrio.
Lo que, por un lado, demuestra el daño que la pandemia infringió entre los más vulnerables de la sociedad, por otro, es una radiografía de la enorme vocación solidaria de muchos vecinos concordienses que, en silencio y anónimos, se ocuparon de organizar, sostener y atender esta significativa demanda que significó una duplicación de merenderos y/o comedores barriales..
Según contó Toledo: “La mayoría son iniciativas de vecinos del mismo barrio que reaccionan ante estas situaciones complejas, de carencias y urgencias, pero también hay personas de otras partes, de otras zonas de la ciudad que buscan una manera de ayudar al prójimo. Algunos se sostienen sin pedir ningún tipo de ayuda estatal, a puro esfuerzo, voluntad y colaboración de vecinos y comerciantes, pero a veces, en el transcurso del tiempo, se ven desbordados y nos piden una mano. Nosotros, desde la municipalidad, tratamos de ayudar a todos con raciones semanales de leche que es el insumo principal. Porque el que llevaba 4 leches, hoy lleva diez. El que llevaba tres paquetes de arroz, hoy necesita un bolsón… La pandemia incrementó las necesidades básicas de mucha gente, pero también duplicó la solidaridad de muchos vecinos.”
La mayoría de estos merenderos y comedores solidarios están dispersos por la zona sur y la zona noroeste de la ciudad que son las geografías con las realidades sociales más acuciantes.
De acuerdo a los datos brindados por Toledo, “para tener una idea de cuánta gente recurre a estos lugares que, por lo general, funcionan en la casa de algún vecino, en un garage, en un patiecito, donde los chicos pasan a buscar su merienda o ración de comida, hay que multiplicar la cantidad que hay (111) por unas 150 personas promedio que asisten a cada uno. Algunos arrancan con 20 ó 30 chicos, pero la concurrencia va creciendo siempre. Hoy existen merenderos o comedores que brindan raciones a 120 y hasta 250 chicos.”
Por último, el funcionario cuenta que “también tenemos relevadas un total de 15 “Ollas Populares” que funcionan con una regularidad promedio cada dos semanas. Hasta antes de la pandemia no teníamos registrada ninguna “Olla Popular” que tuviera una actividad frecuente.”