Garbarino es una de las empresas de electrodomésticos más grandes a nivel nacional: tiene 4.500 trabajadores a nivel nacional. Desde hace varios meses que viene arrastrando inconvenientes. La empresa espera un grupo inversor que se haga cargo para salir adelante. Dos años atrás había padecido inconvenientes similares. Lograron concretar una oferta que les permitió seguir trabajando.
Pero la pandemia agravó los problemas y volvieron a acumular deudas con los proveedores. El empresario Carlos Rosales, dueño del grupo asegurador Prof, actual dirigente de San Lorenzo, se quedó con la empresa de la tradicional familia que le dio nombre a la compañía. Pero Rosales nunca pudo remontar el negocio, acuciado por una deuda extendida y el impacto de la pandemia en el consumo, según Infobae. A pesar de la reestructuración que logró Rosales con los bancos acreedores que financiaron unos $ 4.000 millones, según fuentes del sector la deuda total de la empresa, con proveedores y otros, ascendería a unos $ 15.000 millones.
En Concordia hay una sucursal en calle Entre Ríos que funciona con cuatro empleados. Hasta hace poco eran seis pero dos se marcharon, aparentemente en forma voluntaria, debido a los problemas que atraviesan. No pudieron cobrar los salarios de mayo y junio. Hace poco percibieron las remuneraciones correspondientes al mes de abril.
En Paraná, la sucursal hay otra sucursal con 15 empleados. La seccional de la capital de la provincia del CEC decidió asistir con bolsones alimentarios para paliar la situación. En Concordia no se llegó a esa instancia aún. Simonetti dijo que están en contacto permanente viendo que sucede para ayudarlos y “darles una mano” llegado el caso.
Simonetti manifestó sus esperanzas de que pueda aparecer algún grupo económico interesado en hacerse cargo de la cadena para evitar el cierre y la pérdida de las fuentes de trabajo. El peor escenario es que los 4.500 empleados se queden fuera del mercado laboral. En Concordia, a pesar de que el local abrió hace pocos años y que se trata de empleados jóvenes, cuatro familias están pendientes de evitar el mismo final que ya sufrieron ‘El Entrerriano’ o ‘Sensei’, dos locales que estaban ubicados a una cuadra de distancia.