Además del boleto único, también se modifican los precios de jubilados $ 25, escolar primario $ 15, secundario $ 20 y universitario $ 20. Para la 2° sección, se eleva a $ 57 el precio del boleto, para la 3° sección a $ 67, para la 4° sección a $ 96 y para el servicio nocturno a $ 67.
Etchepare sostuvo que, a pesar del pedido de las empresas, no van a haber aumentos hasta fin de año. “Las empresas querían volver a conversar este tema en octubre y nosotros rechazamos esa posibilidad porque nos parecía que ya era demasiado el esfuerzo que habían hecho los usuarios del trasporte de la ciudad”, remarcó. “Nuestro compromiso era hasta fin de año”, dijo.
“En la negociación que llevamos adelante pusimos en la balanza cuidar el bolsillo de los usuarios y también cuidar a los trabajadores de las empresas ya que es un momento muy complicado por el tema de la pandemia”, señaló el edil. En ese sentido, sostuvo que descendió en un 50 % la cantidad de personas que viajaban en colectivos. Entre ellos, muchos alumnos de escuelas primarias o secundarias y trabajadores de riesgo que prestan servicios desde sus domicilios.
En tanto, Lapalma indicó la semana pasada que las instrucciones que recibieron es que deben viajar con las ventanillas abiertas y por ello circulan con la puerta delantera abierta, tratando de que la circulación de aire sea la máxima posible. “Hasta ahora se han trancado nada más que una o dos ventanillas por coche pero la verdad es que los pasajeros siguen cerrándolas por el tema del frío. Seguramente si seguimos teniendo ese inconveniente vamos a empezar a trabarlas para que directamente no se puedan cerrar”, dijo.
No obstante, hay ocasiones, como en las horas pico, en que los pasajeros deben viajar parados ya que no quedan asientos disponibles. “Tratamos de que no se supere los 10 pasajeros parados y si vamos con más de 10, por ahí a algunos los dejamos en las paradas lamentablemente”, remarco. “Cuando sucede eso, algunas líneas estamos tratando de poner algún refuerzo, tratando de que eso no suceda”, dijo.
“Pero la verdad es que en estos días estamos con muy poco pasaje. En nuestra línea, ya hace varios días andamos solo con pasajeros sentados y suben cuatro, cinco o diez parados con suerte”, dijo Lapalma.
La línea 2 tenía 17 coches antes de la pandemia; actualmente tiene 12. Con la última unidad que vendieron, el año pasado, compraron una cisterna de 5.000 litros de gasoil. “Estamos vendiendo colectivo para pagar cuentas. Después veremos cómo haremos para comprarlos pero vendemos un colectivo y compramos una cisterna de gasoil”, remarcó.
“Nos estamos deshaciendo de capital y eso es un problemón. A largo plazo nos va a impactar fuerte”, recalcó. Las líneas necesitan 12 unidades como mínimo para prestar el servicio, En consecuencia, al descapitalizarse, se quedan sin micros de reserva por cualquier avería o como capital para comprar coches nuevos. “Es preocupante”, dijo.
