La idealización es un proyecto a futuro como realidad deseada. Para tratar de entender el sentido de la misma se entra en el campo de las representaciones.
La idealización es una representación de la realidad, que no es la realidad, pero que puede estar más o menos próxima a ella. Es una representación que provoca adhesión afectiva e identificación. Hay que pensarla dentro del proceso de desarrollo de la identidad. Se idealiza a personas, tareas, grupos, situaciones de vida, épocas de la historia. En ellas se expresa lo que se quiere ser, hacer, en dónde estar, a qué pertenecer. Si esa situación es inalcanzable, se busca algún tipo de participación. El recuerdo de las situaciones idealizadas, los símbolos: banderas, escudos, camisetas, autógrafos, fotografías, son formas simbólicas de pertenencia a aquello que se ha idealizado. Esta historia de la idealización tiene no solo carácter social sino también personal y familiar, y está vinculada al desarrollo de la identidad. También los grupos y las sociedades idealizan y se identifican con personas, situaciones y épocas.
La idealización es un recurso válido dentro de un proceso de desarrollo de la identidad. En este sentido es necesaria. Los sueños y las utopías son válidos porque refuerzan la identificación con un proyecto personal o social. Sin ellos no habría cambios, no se emprenderían empresas difíciles, muchas cosas no habrían mejorado en la historia. Por ejemplo, el enamoramiento genera un cierto grado de idealización que ayuda al vínculo y a la construcción de un proyecto común, pero cuando la idealización se hace resistente, cuando es la única forma de identificación, entonces se convierte en un obstáculo de crecimiento.
Se reconoce la validez y la necesidad de la idealización en los procesos de las personas y las sociedades, no se puede dejar de lado que toda idealización supone un recorte, dejar en la sombra alguna parte de información de aquello que se idealiza. En este sentido, es también una simplificación.
El docente de hoy se encuentra con generaciones des-idealizadas. Por diferentes razones, los referentes adultos han mostrado una cara no tan deseable. Es difícil para el docente mostrar las cosas de un solo lado. Por ejemplo, se puede hablar del principio de igualdad ante la ley, pero los alumnos pueden hablarnos de jueces comprados. Se puede hablar de la honestidad, pero los alumnos pueden hablar de las múltiples formas que tienen los deshonestos de hacer dinero más rápido. Se han intercambiado los roles entre adolescentes y adultos. El adulto aparece como idealizador y el adolescente como realista.
Por otra parte, un porcentaje significativo de estudiantes provienen de hogares disfuncionales. Algo que sucede por muchas razones. Aquí también, niños, niñas y jóvenes viven una des-idealización temprana de los padres como referentes principales y de las relaciones de pareja, del matrimonio y el amor.
Se puede pensar que el hombre de hoy está menos dispuesto a hacer sacrificios para aceptar la disciplina del porvenir, es decir, los sacrificios, la austeridad, en función de las promesas del futuro. Hay menos expectativas de la novedad y se esperan menos sorpresas de la historia.
No es novedad para nadie que en la sociedad ocupa un lugar importante, la información mediática. Un lugar donde siempre pasan cosas de la privacidad de las personas. La debilidad humana siempre produce hechos jugosos para la noticia. Pero no se puede convertir en noticia la debilidad de cualquiera, sino la debilidad de los personajes públicos y aquí hay un lugar de des-idealización: la publicación de la debilidad privada de referentes sociales. Hay noticias de casi todos los personajes políticos del mundo, de figuras del deporte, de artistas, de jueces, de abogados, de sacerdotes, de maestros, de policías, de empresarios, de diputados, de senadores, de ministros, de varios tipos de profesiones…Sin duda la debilidad humana es provista por los protagonistas. No se sabe si las debilidades de hoy son más abundantes que en otras épocas, pero actualmente hay permiso y legitimación para convertirlas en noticias y publicar la privacidad. La consecuencia: en nuestros días no se puede presentar a niños, niñas y jóvenes con rasgos idealizados ninguna función social, entonces… ¿Se puede presentar hoy aquellas imágenes de los viejos manuales que representaban a los servidores públicos?
También las experiencias de sufrimiento son una constante de los procesos de des-idealización en las personas y en los grupos sociales. El que sufre tiene la tendencia a des-idealizar. El sufrimiento tiende a producir una lectura desconfiada de la realidad. Se retacean los compromisos y se atenúan las convicciones. Podría sostenerse que, si existe un tono escéptico en el discurso cultural, podrá atribuirse, entre otras cosas, a una cuota de sufrimiento y desilusión de la historia pasada. La desconfianza es memoria de sufrimiento, que de alguna manera se recupera y valoriza. En síntesis, sufrimiento y desilusión masivas son otro lugar de des-idealización cultural que toma la figura de escepticismo.
Todo esto invita a un mayor sinceramiento en el ejercicio del rol docente y a una mayor complejidad a la hora de presentar contenidos en el aula. Paradójicamente, esta situación puede redundar en una disminución de la tensión cuando se enseña, porque sostener idealizaciones produce un gran esfuerzo.
Tekoá. Cooperativa de Trabajo para la Educación