La orden de realizar la sesión ordinaria en un recinto cerrado, con la presencia de más de 6 personas (son 7 los concejales en Estancia Grande, además de la secretaría) violó la norma de distanciamiento social establecida por la propia municipalidad. Pero lo más grave del hecho es que de la misma participaron dos personas que eran contacto estrecho de pacientes de Covid-19. Una de ellas fue la concejala opositora, de bancada unipersonal, Natalia Almirón, quien esta semana fue informada como paciente activa de coronavirus, y la secretaria del Concejo, Marisa Rondan, suegra de la primera, quien también habría tenido contacto directo y estrecho con personas contagiadas con Covid-19, personas pertenecientes al mismo grupo familiar.
El otro hecho particular es que de la misma sesión participaron dos ediles de 79 y 80 años que, según explicó el intendente Javier Goldín, “deberían haber tenido que sesionar de manera virtual y remota. Por suerte están vacunados, al menos, con la primera dosis de la vacuna Sputnik V”, contó.
El Departamento Ejecutivo Municipal requirió expreso informe a la vice intendenta y presidenta del Concejo Deliberante para que aclare la situación.