A la víctima NO le faltó ningún bien, salvo un celular al que siguen sin encontrarlo. Una de las hijas de la víctima le mostró al fiscal Fabio Zabaleta que no habían robado nada. Abrió un cajón y dijo: aquí debieran estar los dólares (más de 1.500), las alhajas, etc. y efectivamente estaban en ese lugar. O sea, el supuesto autor del homicidio no había robado nada ¿y entonces, porque la mató?. Si es que la mató, claro.
De acuerdo a la información obtenida por DIARIOJUNIO de fuentes oficiales, huellas digitales del ahora detenido no fueron encontradas en el lugar pese al minucioso trabajo realizado en las horas posteriores al homicidio.
LAS PRUEBAS… LO QUE HAY HASTA AHORA
Según pudo averiguar DIARIOJUNIO, las pruebas encontradas hasta ahora son filmaciones que pertenecen a la cámara del museo (las exoficinas del ferrocarril Urquiza ubicadas en Carriego y Rivadavia) que muestran la imagen de una persona (la cara no se ve, no hay certeza de que se trate del sospechoso detenido) que, por la vestimenta y la contextura física, la policía sospecha que se trata del detenido.
Vale aclarar que a la persona que detuvieron ayer es la misma a la que vienen siguiendo desde el mismo momento en que la víctima fue encontrada sin vida. Lo localizaron en Villa Adela en la casa de un familiar ya que el dueño del alojamiento-hotel, lo echó por falta de pago.
Las filmaciones, según fuentes oficiales, muestran al detenido desde que salió de la vivienda por el patio del Museo y por calle Carriego. Afirman que en esa misma filmación se lo ve cocinando en la cocina de la víctima, incluso cambiándose de ropa, al parecer la ropa que se cambió era la que tenía cuando allanaron la pensión El Riel que era donde vivía hasta que lo echaron por falta de pago.
Policía y fiscalía concluyen que la talla del sospechoso, la contextura física, el tipo de prenda que llevaba puesta, el cuello de la remera, etc. son elementos suficientes para demostrar que se trata de la misma persona.
LO QUE FALTA SABER AUN…
El punto es que a pesar del rastrillaje minucioso, no encontraron una sola huella del detenido en la casa de la víctima ; tampoco pueden explicar el móvil del delito, esto es, robo o algún indicio que haga sospechar de otra razón y tampoco se le conoce otro antecedente delictivo que no sea una denuncia de su pareja por supuesta violencia de género, según dichos de la policía.
En otras palabras, según los datos recogidos por la policía hasta ahora, lo que podría afirmarse es que el sospechoso ingresó a la vivienda. Más aún, se afirma que el sábado a la noche estuvo dentro de la casa cocinándose durante más de 4 horas.
Aunque contundente, el dato (dato que, dicho sea de paso habla de una persona parecida al detenido, pero su rostro no puede verse) por si solo nos está hablando de un intruso, no de un asesino.
El peligro, lo que podría conspirar con la verdad, es que, si no existe otra línea de investigación como parece ser, la imputación podría concretarse mañana martes de acuerdo a lo afirmado por el fiscal.
Si se lo imputa y no se agrega mucho más prueba que la que se aportó hasta ahora, dentro de un tiempo el fiscal puede pedir la elevación de la causa a juicio y ofrecerle al detenido un juicio abreviado en el que el sospechoso reconozca su culpabilidad a cambio de una pena menor.
Si ocurriera así, el caso se cierra con un detenido (que quizá no sea el autor), mientras el crimen queda impune y el verdadero asesino o instigador, zafando y burlándose de la justicia.
