‘Los medios y la información en la pandemia’, el tema de la Defensoría del Público

LOS MEDIOS Y LA INFORMACIÓN EN PANDEMIA

La pandemia puso negro sobre blanco que papel juegan los medios de comunicación masiva en el comportamiento humano y a su vez, de qué modo los actores sociales (periodistas,  políticos dirigentes sociales, etc.) debemos operar  para que esa información, muchas veces engañosa (fake-news), no afecte ni la salud humana, ni la salud social.

Ahora se conoce que apenas se supo que el Presidente Alberto Fernández anunció la llegada al país de la vacuna Sputnik V (la primera en salir al mercado), comenzó una campaña engañosa sobre la misma que provocó que más del 40 % de la población argentina manifestara que no estaba dispuesta a vacunarse. Tenían miedo.

El punto fue que, apenas se supo que esa vacuna (como otras) inmuniza en vez de matar y que tampoco te convierte en robot ruso a su servicio, ni envenena, ese 40 % de opositores a la aplicación se redujo a nada.

Y entonces, ¿que pasó para que se produjera tamaño cambio en el comportamiento?

Pasó lo que venimos diciendo de mil modos posibles : hubo mala información, difusión irresponsable de afirmaciones sin ningún tipo de respaldo científico, pura opinión interesada que no buscaba otra cosa que el desgaste político del gobierno, no la salud de la población.

¿Es la primera vez que ocurre algo así? NO, para nada, los medios hegemónicos viven vendiendo gato por liebre, solo que esta vez a diferencia de otras, la mentira, la fake-news quedó expuesta en menos de un mes. La comprobación científica de la eficacia de las vacunas desbarató rápidamente la infamia de los envenenadores (ahí si) de conciencias.

Ahora bien, la reflexión que queda es esta : En este caso fue fácil distinguir la verdad de la mentira, pero qué con aquellas cuestiones más difíciles de entender, aquellas que demandan un mayor esfuerzo analítico o investigativo para descubrir el engaño. Y es aquí, en estos casos, donde la sociedad queda inerme  y se nos plantea la imperiosa necesidad de hacer algo y algo urgente. La info-tecnología está visto, es un arma poderosísima. Tan poderosa que nos hace pensar, decir y actuar en contra de nuestros propios intereses, de lo contrario como explicamos que un 40 % de la población se negaba a inocularse la vacuna, se negaba a hacer algo por sí mismo para no morir o sufrir.

Imposible no preocuparnos y ocuparnos de exigir al gobierno la urgente implementación de la Ley de Medios. Esa ley que fue votada por una amplísima mayoría, confeccionada por un colectivo social imponente, promulgada hace más de 11 años y sin embargo nunca pudo entrar en vigencia debido a que los gobiernos carecieron del poder suficiente.

Esa fenomenal ley cuyo derrotero es evitar la concentración, democratizar la palabra, es letra muerta debido al gigantesco poder del grupo más concentrado (Clarín) y de la (in)justicia que ayudó a que ese monopolio se hiciera más grande de lo que ya era.

 

FEDERALIZAR LA COMUNICACIÓN

Un tema al lado del otro ¿cómo federalizar la comunicación con tanta concentración? Casi una quimera, sin embargo, el Estado nacional, también aquí puede hacer algo en el mientras tanto.

A pesar de esta situación desventajosa para los medios del interior del país, el Estado puede hacer algo. Primero, darles valor a esos medios, no ningunearlos como ocurre habitualmente cuando se les niega información. Cualquier periodista del interior sabe que si ocurre un hecho noticiable del que participa una fuerza de seguridad nacional (Gendarmería, Prefectura, etc), obtener información oficial es imposible, te derivan a sus jefes apostados en Capital Federal, o sea, nada, ninguna información y por tanto, lo que corre es el chisme, las elucubraciones más alucinadas y, en muchos casos, la difamación más brutal contra algún enemigo político de ocasión.

Pero pensemos… ¿cuántos medios del interior del país acceden a alguna pauta nacional? Muy simple, solo reciben pautas aquellos medios del interior cuyos propietarios son a su vez, los dueños de medios nacionales. Por caso la Voz del interior en Córdoba, el grupo Uno en la Mesopotamia y otras provincias y ¿quién más?, NADIE mas. También aquí el ninguneo.

De este modo aquellos que intentan hacer un periodismo digno, de calidad, deben lidiar con la escases de recursos. ¿ tan difícil es repartir un poco mejor la pauta publicitaria?

Entonces, sin estas cuestiones básicas hablar de federalizar la comunicación es apenas un lindo discursito de ocasión que no alcanza para otra cosa que para agrandar la indignación de muchos colegas y medios que intentan contribuir al mejoramiento y calidad de los contenidos, algo que sin dudas serviría a toda la sociedad, pero, alejado de la comprensión de quienes manejan la cosa pública.

 

CONCLUSIÓN

A modo de conclusión, creo sinceramente que, sin una mirada crítica respecto del papel que puede jugar el Estado nacional en esta crucial etapa de nuestro país y de la humanidad, seguiremos padeciendo estos males : Fake news ; Lawfare, etc. que golpean de lleno contra el sistema democrático.

Pensemos que hoy, la tecnologización hace posible que los dueños del poder en el mundo y aquí, sepan de nosotros más que nosotros mismos. Intervienen en nuestros cerebros y hasta nos hacen creer en el libre albedrío y en que somos nosotros y nadie más, los que elegimos libremente.

Son capaces de potenciar tanto nuestras ignorancias que nos hacen sostener argumentos falaces, mentirosos que atentan contra nuestra propia existencia. El ejemplo del 40 % de la población que, en el término de un mes pasó de acusar a la vacuna de venenosa a reclamarla, es paradigmático, pero estamos llenos de ese tipo de ejemplos.

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