
Descubierto en su juego, Rogelio comenzó a operar fuerte, localmente, con las mismas técnicas de guerra sucia mediática que el Pro ha venido manipulando la opinión pública en la prensa nacional adicta.
La vacunación anticovid es el terreno que ha elegido para tratar de destruir la imagen de uno de los intendentes entrerrianos que mejor concepto tiene en el electorado provincial, hablamos del Martín Piaggio, de Gualeguaychú, que fue ratificado en el cargo por sus vecinos con un demoledor 65% de los votos en las últimas elecciones.

LA CAMPAÑA DE VACUNACIÓN DE GUALEGUAYCHÚ
En esta ciudad la presencia del municipio en todos los ámbitos sociales es muy fuerte, y por esta razón las áreas municipales expuestas al contacto cercano con el virus son prácticamente todas, porque el municipio mantiene una lucha frontal contra las carencias sociales en todos los ámbitos de gestión, no solo los referidos a la salud sino todos los vinculados a la gestión social acuciante.
Piaggio, recibidas las primeras partidas de vacuna, procedió a poner en resguardo a estos trabajadores municipales expuestos, y no fue una acción oculta o disimulada sino expresa y pública. No hubo amigos del poder, ni tías lejanas, ni mascotas domésticas (como reconoció Morales, el gobernador radical en Jujuy p.ej.) los que recibieron la vacuna. Fue la primera línea de batalla en contra la pobreza e inequidad social, para que la población continuara asistida al 100 % en sus necesidades por el personal municipal. Cosa que ha ocurrido hasta ahora.

A PESAR DE LA SECA ROGELITO EMBARRÓ LA CANCHA
Puesta en blanco sobre negro la intención de Frigerio, perdió el pudor y comenzó a operar con la falta habitual de nobleza que caracteriza a su partido y mando los concejales de la oposición de Gualeguaychú a escupirle el asado a Piaggio, en la línea de promocionar al Intendente de Pueblo Belgrano, Palito Davico, para reemplazarlo.
Davico, que se presenta como ’vecinalista’ es en realidad ideológicamente un PRO de paladar negro que fue repudiado en la ciudad por su sospechoso compromiso con los intereses privados que destruyeron un humedal para construir un barrio privado que finalmente fue desautorizado, y ordenada su destrucción nada menos que por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, hablamos de Amarras.
Frigerio y Davico son siameses en la ilegalidad e inmoralidad de los ‘Barrios Náuticos’. Mientras Davico operó hasta la exasperación defendiendo a Amarras, Frigerio hizo lo propio en la estancia El Guasuncho, un campo bajo que posee al sur de la provincia, que ilegalmente indicó para ofrecer lotes tipo un Nordelta entrerriano.
La batalla recién se inicia, y habrá que ponerse botas de goma, porque, ya sabemos que al Pro y a Frigerio les es familiar eso de embarrar la cancha.