Por Federico Odorisio, de la redacción de DIARIOJUNIO
DIARIOJUNIO: Supimos que estás colaborando con el “Proyecto Artigas”. ¿En carácter de qué y qué aportes estás haciendo para ellos?
Francisco Senegaglia: Ellos me invitaron a participar del proyecto. Estamos programando algunos encuentros con los compañeros del proyecto y reuniones, junto con Juan Grabois y otros chicos del espacio. Yo me involucré en carácter de historiador para sumar y enriquecer la idea del proyecto.
DJ: Se ha planteado una confrontación de ideas entre usurpación y reparación histórica, cruces de denuncias de carácter delincuenciales, derechos hereditarios negados… Es como que se ha armado una gran ensalada de todo. Además de los prejuicios sobre la figura de Grabois y los movimientos sociales. ¿Cómo sería poner blanco sobre negro para que se pueda entender mejor el espíritu de todo esto?
FS: Hay una cuestión que es estrictamente legal, que son los cruces de demandas intrafamiliares, entre Dolores Etchevehere y sus hermanos. Eso es un litigio estrictamente jurídico que resolverá la Justicia. Pero me parece, en mi opinión, que en tanto la gente del Proyecto Artigas está invitada formalmente por Dolores, que es también dueña hasta que no se resuelva el juicio sucesorio, la palabra usurpación es un poco desmedida, en términos objetivos. Acá la causa no está caratulada como usurpación ni nada que se le parezca, es una demanda por una sucesión no hecha. Mientras no haya sucesión está claro que esos bienes, en términos de tierra, son de la familia Etchevehere, de todos los familiares, incluida Dolores. La gente del Proyecto Artigas lo que hace es ingresar al campo, invitados por Dolores, para gestionar un proyecto alternativo para trabajar la tierra que tiene que ver con una mirada comunitaria y respetuosa del ambiente.
DJ: Sin embargo, hay un sentido común que entiende esto como una usurpación, un avasallamiento a la propiedad privada, la idea de que después vendrán por tu casa, etc.
FS: Algunos medios, algunas instituciones y personas, hacen circular la idea de que se van a invadir las tierras con gente pobre del conurbano, y eso no es así, pero lo hacen para tergiversar la información, infundir temores y prejuicios. Acá hay dos cuestiones distintas, por un lado, un proyecto que se va a iniciar en un espacio cedido por uno de los dueños del campo y, por otro lado, hay un litigio puntual familiar que tiene que resolver la Justicia. De hecho la provincia, en términos políticos, se ha expedido así. Se respeta el derecho a expresarse de los que quieran expresarse, pero esto no se dirime por la opinión pública
DJ: ¿Qué se busca mostrar o demostrar con este movimiento?
FS: Este es un proyecto que intenta tener un espacio para empezar a visualizar y poner en práctica un criterio, un modelo de insertar a hombres y mujeres en la tierra, desde una perspectiva de pensar el trabajo y la economía desde un punto de vista comunitario y de matriz artiguista. Hay una tercera cuestión que para mí es la más importante y es que nunca nos hemos permitido la posibilidad de tener una discusión profunda sobre la explotación de la tierra. Que es el tema de fondo. Está el que se enoja porque cree que le van a expropiar, está esa cuestión del “ellos y nosotros”, del odio ese que cuesta tanto tramitar. Insisto en que debemos dar una discusión respecto de cómo pensar la tierra, la distribución de la riqueza en términos de la tierra, pensar cómo salir de la coyuntura de los grandes conglomerados, e ir por otro camino. Nosotros tenemos una macrocefalia en Buenos Aires que ya no contiene a toda la población. Nosotros venimos trabajando con otros compañeros una ley de re federalización territorial, que posibilite que los provincianos puedan construir su futuro, su proyecto de vida en sus lugares y no tener que emigrar a Buenos Aires. Algunos le preguntaron a un ex presidente de este país cuál era la ciudad más grande de Santiago del Estero y dijo Buenos Aires, porque ahí viven un millón de santiagueños. Hoy no se puede pensar la tierra como se pensaba hace 50 o 100 años atrás. Hay que pensar con un criterio más ordenado en función de comunas más chiquitas.
DJ: Sí, pero cada vez que sale el tema se piensa en una reforma agraria cuasi revolucionaria, en expropiaciones, en violación del derecho a la propiedad privada… Es como una mala palabra, un tema tabú, en esta Argentina que se construyó en los últimos 200 años.
FS: Cuando hablamos de pensar una nueva ley de tierras no lo decimos en términos de una reforma agraria al estilo estalinista, sería una locura. No estamos hablando de eso, estamos hablando de una política de tierras que le permita a un número importante de personas, que viven desplazadas y sin posibilidad de nada, tener trabajo y un espacio vital donde poder llevar adelante su vida. Si pudiera ser en una lógica de agricultura familiar sería inmensamente más enriquecedor, porque como se ha visto en la historia de otros países, ese tipo de economía no permite que la gente pase hambre. Hay cosas que debemos animarnos a re pensarlas y no verlas como una cuestión tan estrictamente ideológica en el sentido del odio, que si sos zurdo van a hacer esto y si son de derecha van a hacer lo otro. Hay un grupo muy importante en este país, que no quieren perder ningún privilegio, que son muy pocos, pero son los que de alguna manera marcan el ritmo de la vida económica del país, y hay una mayoría que con muy poco podría organizar su vida. En un país grande y rico como el nuestro imaginar que alguien se puede morir de hambre es muy reprochable
DJ: Entonces se puede pensar que este asunto del Proyecto Artigas, su inserción en medio de una disputa entre una familia terrateniente, no termina de ser algo por entero ingenuo o inocente. ¿Quizás ambas partes se necesitaban? Dolores Etchevehere para visibilizar su padecimiento familiar y este movimiento “Proyecto Artigas” para poner en agenda una discusión profunda sobre la tierra siempre postergada o rechazada.
FS: No lo sé, pero justamente eso es lo que tiene importante para mí todo este asunto. Nosotros los argentinos nos debemos una agenda sobre el tema de la tierra, una discusión en serio. Este país tiene el 70 u 80 por ciento del territorio deshabitado y ocioso. Acá no es un tema contra los chacareros o los pequeños hombres de campo, sino discutir sobre las millones de hectáreas que tienen los grandes latifundistas que se repartieron las tierras luego de la llamada Conquista del Desierto y del Chaco. Esa cuestión es para mí la más importante y nunca nos hemos permitido la posibilidad de tener una discusión profunda sobre la explotación de la tierra.
DJ: Siempre suena muy lindo, pero uno piensa cómo se haría.
FS: Hay que construir una ley a partir de una discusión sensata de dónde dar esa pelea. Te voy a dar un ejemplo -no te voy a dar un nombre para no generar una polémica-: Hay una persona que tiene 100 mil hectáreas ociosas, entonces mediante una ley ordenada que pueda permitir que algo de eso se participe. No en términos de expropiación absoluta, sino de acuerdos que pueden ser impositivos o algún otro tipo de acuerdo que pueda conformar y sea beneficioso para las partes. La idea es movilizar la economía del país desde otro lugar y con otra esencia. El Estado es además dueño de un montón de tierras y lo que estamos hablando es de construir una ley para generar experiencias que demuestren que las cosas pueden ir por ese lado. No se trata de expropiar ni sacar un decreto de un día para el otro, se trata de una construcción que es mucho más profunda porque tiene que ver, a mi entender, con que los gobiernos de corte popular siempre llegan para apagar incendios y se vuelve difícil construir proyectos a largo plazo, porque la matriz de todo sigue igual, y seguimos con la pregunta nunca satisfecha en relación de hacia dónde crecemos como país, cómo crecemos y nos desarrollamos geográficamente. De manera comunitaria tenemos que promover leyes que permitan habilitar la construcción de comunidades de matriz agrícola que no solo permitan la mejora del proyecto de vida de esas familias sino que también aporten una alternativa novedosa a la economía nacional. Hay que construirlo y para eso hay que dar el debate.
DJ: Entonces, más allá de la disputa familiar por la herencia, el proyecto de granjas comunitarias, ¿Esto no escapa a la gran discusión política?
FS: Y acá hay una necesidad de llevar este tema a la discusión pública. Tenemos que empezar alguna vez a discutir los grandes temas. Y las leyes se pueden discutir, cambiar o perfeccionar de acuerdo a las necesidades de la sociedad. Lo que hace 200 años podía estar amparado por la ley -la esclavitud suponte- hoy no lo está. Hoy no tenemos una legislación que dirima estas cuestiones: Uno puede decir que está fuera de la ley que unas personas buscando un lugar donde vivir tomen parte de una tierra que es propiedad privada o pública, desde el punto de vista de la Justicia no es correcto, pero también se puede pensar que es injusto que una sola persona tenga 100 mil hectáreas. Claramente nadie hace 100 mil hectáreas trabajando. No podemos ignorar que Mitre, Sarmiento y Roca destruyeron a los pueblos originarios, destruyeron a la gauchería, destruyeron a un pueblo como el paraguayo que era el origen de una incipiente América industrial y crearon los grandes latifundios que dividieron a título de “te los doy”. En la famosa “Conquista del Desierto” se repartieron 42 millones de hectáreas de infinitas riquezas entre 30 familias.
(*) Francisco Antonio Senegaglia. Nació en Concordia Entre Ríos en el año 1967. Es Magíster en Ciencia Política por la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de La Plata. Es Licenciado en Psicología y Profesor en Psicología por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata. Psicólogo Psicoanalista. Especialista en Psicología Política con orientación en Gestión y Evaluación de Programas Sociales.
Fue Presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires; Secretario Académico del Instituto Nacional de Capacitación Política (INCaP) del Ministerio del Interior de La Nación; Secretario Académico de la Escuela de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires; Consultor Experto en los Programas de Naciones Unidas para el Desarrollo en el área Asuntos Municipales (Por concurso de antecedentes y oposición); Asesor en la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. Área Adopción, Fertilidad y Familia; Asesor en la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Entre Ríos.
Ha escrito los siguientes libros; Novelas: “Los Artigas”. Editorial Azul-Pluma. Bs. As. 2009. Editorial Primer Párrafo. Buenos Aires 2010. (2 edición) por el que recibió los premios Escenarios al Arte y la Cultura. Mejor novela 2009. Y Faja de Honor de la SADE, Sociedad Argentina de Escritores, mejor novela 2009. “¿Alguien te espera en algún lugar? “Premio Fray Mocho 2009. Ministerio de Cultura y Comunicación de Entre Ríos. “Origen y Destino”. Editorial Hesperides. La Plata. 2011 “Tres Lauras” Editorial Hesperides. La Plata. 2015; Poesía: “Inscripciones del dolor” Editorial Hesperides. La Plata. 2012; Ensayo: “La Otra Revolución”. Un ensayo sobre Psicología de la Historia. Editorial de Entre Ríos. 2012, declarada de interés legislativo por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. “López Jordán, el último federal” editorial Marea. Bs.As. 2018. Declarada de interés legislativo por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación; y declarada de interés legislativo por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia.
En el 2014 la intendencia de Montevideo lo declaró Visitante Ilustre de la Ciudad por sus aportes a la Historia Regional.
En el 2017 el Honorable Concejo Deliberante de Concordia lo declaró “Personalidad Ilustre de la Ciudad” por sus aportes a la cultura, la educación y los derechos humanos.