
-El uruguayo no vacaciona en la capital y el turismo extranjero -que incluye los cruceros- está completamente suspendido. ¿Montevideo es donde se siente el mayor impacto de la pandemia?
-No hay turismo externo, no hay cruceros… Y Montevideo trabaja mucho con el turismo de congresos, corporativo, empresarial, de negocios. El impacto es total.
-¿Este fin de semana largo sirvió para anticipar cómo será la próxima temporada?
-Esto es un fin de semana y lo que uno pretende es estabilizar la actividad durante cierto tiempo y todos los días. Y eso es lo difícil de conseguir en el verano por parte de los uruguayos, que muchas veces lo que hacen es escapadas de fin de semana. El uruguayo no mantiene una ocupación estable durante toda la temporada, eso lo daban los extranjeros.
-Los uruguayos gastaban US$ 1.100 millones al año en el exterior. Y los extranjeros dejaban US$ 1.800 millones. Si se aguarda la mitad de lo que se gasta afuera y no vienen extranjeros, la pérdida supera los US$ 1.000 millones.
-Si de esos US$ 1.100 millones que se iban y de esos US$ 1.800 millones que venían rescatamos US$ 500 millones, por lo menos vamos a estar en un 30% de los que son otros veranos. Esos números serían algo razonable para la situación actual en la que estamos, ojalá podamos lograrlo.
-¿El sector privado espera una apertura de qué tipo?
-Venimos trabajando con alguna empresa que reúne varios conceptos (sanitarios, personal de salud, tecnologías de la información) a los efectos de dar cierta seguridad y trazabilidad. Para lograr que desde el país de origen, de España, Brasil o Argentina, tengamos certificación segura de hisopados realmente realizados y con resultados comprobables. Y para tener una trazabilidad del visitante durante unos cinco días para acortar la cuarentena cuando llega a Uruguay y poder liberarlo rápidamente con un segundo hisopado. Si logramos eso, creo que podemos estar entreabriendo de a poco las fronteras. No digo abriendo, porque eso implicaría un desastre sanitario que no lo pretendemos en lo absoluto. Va a ser insostenible si seguimos con la frontera cerrada muchos meses más, no hay empresa que resista siete, 10 o 12 meses paralizada. Y si pasa la temporada y no hay apertura, el turismo ya no sería un eslabón débil de la cadena, sino que se rompería la cadena.
-¿Qué opina sobre la propuesta del gobierno argentino para que los uruguayos hagan turismo de compras en Buenos Aires aprovechando la diferencia cambiaria?
-El uruguayo es el turista número uno en Buenos Aires en cuanto a cantidad y consumo. Pero lo que ocurre es que hoy que hacemos tanto esfuerzo los uruguayos para no aumentar los niveles de contagio, que estamos procurando abrir la puerta para que no venga gente contagiada… Ir a poner nosotros la cabeza en la boca del león y traer todo ese nivel de contagio que tiene Argentina hacia Uruguay me parece que sería una falta de responsabilidad de nuestra parte.
-¿Cuál es la situación de las grandes cadenas hoteleras? Ahora el Sheraton anunció que deja el país.
-Si Uruguay y su capital entran a perder esos contactos, es como que van desapareciendo del mapa comercial mundial. Preocupa y mucho. También es muy triste lo estamos sufriendo, que haya gente que se quede sin trabajo siendo altamente capacitada, calificada, y que no tenga posibilidades de reinserción o de readaptación laboral. Y se pierden camas en un destino que necesita tenerlas por ser capital de país. Es preocupante y estamos muy consternados con este tema. Lo peor es que estamos olfateando que esto no para con el tema Sheraton. Puede continuar y eso es alarmante para el país.
-¿En el caso del Sheraton cuántos serían los trabajadores que quedan sin empleo?
-No tenemos cifras exactas, pero deben ser 180 las personas que trabajan de forma directa, aunque hay mucho derrame indirecto por todo lo que es proveeduría y servicios conexos como remises, eventos, catering.
-¿Cuáles son los últimos datos que maneja la cámara sobre el impacto económico que ha provocado la pandemia y sobre el envío de trabajadores al seguro de paro?
-Las pérdidas económicas son difíciles de cuantificar por todo el derrame que tiene el sector, donde el 80% de sus 115.000 colaboradores directos llegó a estar en el seguro de paro. La mayoría sigue en el seguro parcial, porque muchos hoteles abren solo los fines de semana. Seguramente arriba del 55% del sector sigue en el seguro. Y no hay que olvidar que de los US$ 1.800 millones que entraban al país, solo US$ 350 millones ingresaron en verano. Por lo tanto, hay US$ 1.450 millones que no los vamos a tener. Si el verano no se llega a abrir, más que ante una crisis, estaremos ante un colapso del sector turístico de este país.