Alivio para la Zona Sur: los hisopados dieron negativo y reabren los dos comedores

Ayer se había comunicado la decisión de cerrar ambos comedores y la parroquia. “Había un caso positivo de Covid. Frente a todos los hisopados y de modo preventivo se decidió el aislamiento y cerrar el servicio de la parroquia y del comedor comunitario por sugerencia del personal de Salud como del señor intendente. Y nosotros buscamos el bien de la comunidad”, explicó.  

Pero todos los hisopados dieron negativo. “Dijeron que no había ningún inconveniente y continuamos con las tareas”, agregó. “No hay necesidad de seguir en esta prevención en este momento”, añadió. “La persona con Covid positivo está totalmente aislado, totalmente seguro y no tiene contacto con nadie: los posibles contactos que pudo haber tenido dieron todos negativos”, señaló.

Petelín agradeció la rapidez con que se procesaron las muestras y se disiparon los temores que había en el barrio. No solo por la posibilidad de que se produzca un brote sino por la incógnita respecto de la necesidad alimenticia los vecinos que acuden diariamente a la parroquia.

En el comedor de la Gruta de Lourdes se sirven 400 porciones de comida diariamente y 250 en la capilla San Andrés ubicada en el barrio Ex Aeroclub. Y los sábados se entregan 1.700 raciones de comida. “Los sábados no hay comedores en casi ningún lado. Entonces vienen de todos lados. No solo de Concordia sino también de otras comunidades. Desde La Criolla vienen a buscar comida. No solo se entrega comida caliente sino que también se entregan bolsones con distintos elementos para que puedan seguir cocinando en sus hogares. Eso favorece mas a que las personas puedan buscar el sábado la comida y lo demás”, explicó.

Antes del comienzo de la cuarentena, los sábados se servía 300 porciones de comida. Pero ni bien arrancó el aislamiento ese número se multiplicó y llegó a las 2.443 raciones. Ese fue el pico. El IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) permitió que ese número descendiese a las 1.700. “Tenemos anotados los apellidos de las familias día por día: si son adultos, si son niños. Tenemos todo anotadito”, explicó.

Respecto del perfil de quienes asisten, Petelín dijo que la mayoría tiene trabajos temporarios, como changas, que en este tiempo es muy difícil encontrarlas. No pueden hacer las changas ni andar en la calle ni estas cuestiones que en otros tiempos eran mas factibles”, dijo. Y otras que “lamentablemente tenían trabajo y lo han perdido”. “Tienen que pagar su alquiler de sus casitas y no les queda para nada y lamentablemente no les alcanza para comprar sus alimentos”, dijo.

Por último, el cura párroco manifestó su agradecimiento a quienes los ayudan en la tarea como la comunidad en general donando la comida y a los voluntarios que se encargan de cocinar.Y al municipio que brinda las 250 porciones en el comedor San Andrés y al ministerio de Desarrollo Social que los auxilia de lunes a viernes en los alimentos que sirve la parroquia de lunes  a viernes.

 

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