Ciervos muertos en las calles : un triste final que se puede volver a repetir

Los ciervos axis, chital o ciervo moteado (una especie de mamífero artiodáctilo de la familia ‘Cervidae’.​ Es propia de Asia. Se alimenta básicamente de hierba aunque también puede comer hojas y frutos). «No son nuestros. Los trajeron para hacer cotos de caza y en algún momento se escapan y comienzan con la reproducción», dijo.

Los dos ciervos habían sido vistos en la Playa Nébel. Y luego fueron divisados en San Lorenzo y Maipú. «Ahí los empezaron a apedrear y los han querido cazar para comerlos», dijo Froy. «Por eso corrieron por San Lorenzo», añadió.

Ambos ciervos tenían sangre en la boca. Los testigos circunstanciales pensaron que habían sido agredidos pero si sufrieron un infarto por la situación de tensión, Froy dijo que era lógico que vomitan sangre por la explosión del corazón. Uno de ellos falleció en la esquina de Obras Sanitarias dado que lo atropelló un taxista. «Fue un accidente, ellos venían disparando y el tipo lo chocó y murió ahí nomás». Mientras que el otro fue atrapado en la esquina de los cajeros automáticos de Rawson y Sarmiento pero también corrió la misma suerte: aparentemente por stress.

«Que vengan a las ciudades es producto de la desforestación de todos lados y de la invasión de los terrenos naturales. Ellos van buscando su sustento. Llegan a las ciudades y los corren encima. Mientras no haya una política real y seria en este tema el problema va a seguir existiendo», dijo.

Froy explicó que en El Palmar de Colón hubo problemas con los ciervos jabalíes y los ciervos axis. Esas especies afectan a las especies nativas. «Como no los podían controlar, lo único que hicieron fue meter cazadores adentro. No podes poner cazadores en un Parque Nacional que es un área protegida. Es una incongruencia de manejo tremenda», dijo.

Lo mismo que sucede en Colón puede llegar a pasar en el Lago de Salto Grande si aparecen los jabalíes (no tienen enemigos naturales en la zona dado que no hay pumas en Entre Ríos) afectando a los carpinchos o las vizcachas naturales de la zona. En el caso de los ciervos axis, afecta a los ‘guazunchos’ (cérvido de mediano tamaño nativo de América, donde habitaba tradicionalmente desde el sur de México hasta el noreste de Argentina). «Es el ciervito nuestro; es el ciervito de los pantanos. Les invade el lugar y provoca que haya un descenso en la población de esos animales que deberían vivir ahí», dijo.

Otro ejemplo es lo que sucede en el sur argentino, mencionó Froy, con el castor americano que fue introducido en Argentina desde Canadá la década del 60, con el fin de iniciar y promover en Tierra del Fuego una potencial industria peletera. Sin embargo, la piel de los castores fueguinos no cumplió con los estándares internacionales y la industria no fue rentable. Así fue que los castores quedaron a su suerte y en el olvido, pero en poco tiempo generaron un desastre ecológico y económico sin precedentes, según el sitio Argentina Forestal.

Pero los  roedores son  ingenieros de ecosistemas, y modifican el ambiente que los rodea para su provecho. Los castores supieron aprovechar rápidamente la inmensa riqueza forestal de la Isla, trasformando los valiosos bosques ribereños de lenga  en sofisticados embalses y, sin enemigos naturales, crecieron exponencialmente en población en las últimas décadas. «Causan desastres, hacen tremendas represas en ríos y arroyos y causan inundaciones. En el sur tienen problemas para eliminar a esos pobres bichos que se han convertido en plagas», dijo.

«Preferimos sugerir lo que se hace en muchos otros lugares y se gasta mucha menos plata que con la matanza. Se capturan animales con dardos adormecedores, castrarlos y largarlos castrados para evitar su reproducción», dijo.

«Es como con los perros, no podes reducir la cantidad que andan por las calles matándolos. Hay que mantener frenada la reproducción», explicó.

 

 

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