Oscar Martínez confesó en radio Mitre su «desesperanza» por el futuro del país

No obstante, hizo una distinción entre “el núcleo duro” de los votantes de Cristina Kirchner, conformado por “la gente fanatizada” con la que “no hay posibilidad de hablar”, y una “enorme porción de gente que está dispuesta a creer en los peces de colores, o que está dormida”. Pero según la mirada de Martínez, en la sociedad se vislumbra otro sector: “Hay una porción importante que (de gente que) está indignada, dolida y desesperanzada”. Allí se ubicarían quienes, contando con “el privilegio de poder elegir”, “están pensando en irse” a vivir al exterior, lo que resulta “injusto y doloroso” para los que desean “un país plural”, tal es el caso del actor.

Después de un marcado silencio, Cristina Pérez -quien lo entrevistó por primera vez en su carrera, para su programa Confesiones, en Radio Mitre- se detuvo en la frase del protagonista de El ciudadano Ilustre sobre la pérdida de la esperanza: “Te tembló la voz cuando lo decías…”, le remarcó. “Sé que es muy temerario lo que digo, y tal vez no debería decirlo -admitió Martínez-, pero es la verdad. Las mafias y la corrupción son la verdadera pandemia de la Argentina”.

Para el artista, el proyecto de reforma judicial que ayer presentó Alberto Fernández es “escandaloso”, porque además es promovido “por un Presidente que hasta hace unos meses decía todo lo contrario”, lo que termina siendo “muy impresionante, estremecedor”. Sin embargo, Oscar hizo a un lado la incredulidad: “Yo no esperaba otra cosa -explicó-, pero quizás esperaba un estilo un poquito más refinado, menos grotesco. Intentá persuadirme. Al menos, decime ’Te quiero’”.

Martínez defendió entonces su postura. “Aspiro a tener un pensamiento independiente: nunca me enrolé en ningún partido político, no milito. No me gusta que me digan cómo tengo que pensar y cuándo tengo que cambiar esa manera de pensar. Pero eso no quiere decir que uno no piense. Muy por el contrario: la mejor manera de poder pensar es con la mayor libertad posible”.

Es por eso que se alarma cuando cree notar un “desprecio a la libertad del otro”. “Yo no demonizo al que piensa distinto -aclaró-, pero sí estoy en contra del pensamiento único porque la historia demuestra que todas esas experiencias han fracasado en el mundo entero”. En ese sentido, manifestó su asombro por quienes “defienden al régimen cubano, o a Venezuela”. “Hemos naturalizado cosas que serían increíbles en cualquier país más o menos razonable o serio: cuando contás en España que hay sindicalistas millonarios, te miran como si fuera realismo mágico”.

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