
“Era un hombre muy humano con el cual se podía tener una muy buena relación de trabajo así que guardo el mejor de los recuerdos”, mencionó. “Era muy trabajador, muy tesonero, muy serio en relación a su trabajo. Se encerraba largas horas en su oficina analizando documento por documento, instrumento por instrumento. Convocaba a los asesores y estaba horas y cuando la FIA se cerraba porque volvíamos a nuestras casas, él se quedaba con su lamparita en su escritorio trabajando hasta cualquier hora en el estudio, el análisis de las pruebas colectadas y los casos que estaban bajo su responsabilidad”, recalcó Bargagna.
Además remarcó que cuidaba mucho las relaciones humanas. “Era muy respetuoso y cuando distribuía un trabajo permanentemente nos convocaba para ir viendo el avance y nos ayudaba a direccionar la investigación”, indicó.
En el caso de la ex fiscal, quien venía de ejercer su profesión de abogada libre, sin restricciones horarias, al igual que una colega que la ayudaba, trabajaban sin descanso. “No veníamos de la administración pública, donde los horarios son más importantes, pero para nosotros no”, dijo. No obstante, admitió que Rovira superaba su capacidad de trabajo. “Muchas veces volvíamos muy cansadas a nuestras casas y él seguía”, dijo.
Mas adelante, destacó que no tenía preferencia por nadie. “A los funcionarios que consideraba que había que investigar por causa de corrupción, fuera del partido que fueren o de la facción que fueran: eso era una cuestión que no le pesaba en la selección de los trabajos”, indicó.
Además, Bargagna dijo que, para Rovira, era “muy importante vigilar la marcha del gobierno en ese momento era el gobierno de la Alianza para que no se desviara”. La ex fiscal dijo que, sin perjuicio de investigar el pasado -en referencia al anteúltimo gobierno de Jorge Busti que fue materia de investigación y génesis de un sinfín de denuncias penales- para el fiscal en ese entonces también “había que controlar el presente para evitar que cayera en los problemas que cae el poder generalmente”.
Respecto de la causa que se presentaron en la Justicia, Bargagna recordó el último trabajo que realizaron desde la ex FIA la entrega de Los Arenales. “La ultima playa de aguas limpias que tenía Paraná”, manifestó. “El desplegaba, me acuerdo como si fuera hoy, que desplegaba en sus escritorio todos los mapas para hacer un estudio de mapas y después un estudio de títulos con muchísimas minuciosidad para poder llegar a la conclusión que se estaba entregando un bien de dominio público yendo varios años atrás desde que se construyó el Túnel Subfluvial en adelante haciendo una tarea de investigación muy minuciosa”, dijo.
Con ayuda de un perito agrimensor, Bargagna llegó a la conclusión que se regaló la última playa pública que tenia Paraná. “La más hermosa, la joya de Paraná, se regaló a un amigo del gobernador”, dijo. “La regalaron y la ‘transformaron’ en un bien de dominio privado, cosa que es absolutamente imposible desde el punto de vista legal pero acá la ley tuvo muy poco valor”, indicó.
Bargagna recordó que cuando le llevaron el dictamen concluyente al fiscal de Estado en ese momento, el gobierno de la Alianza estaba en crisis. “Empezaron a demorar con el juicio que tenían que hacer para reivindicar los Arenales, daba vueltas, no hacía nada, tenían ya algunos puntos de negociación con el bustismo que había sido implacable contra el gobierno de la Alianza”, indicó.
En ese momento, la ex fiscal de Estado recordó que vio como Rovira salió de su escritorio, a pie cruzó todo el centro hasta Casa de Gobierno y le dijo al gobernador Sergio Montiel que “si en 10 días esa demanda no estaba interpuesta iba a salir por los diarios; que estaba en connivencia con la entrega de los Arenales”, indicó. “Lo puso entre la espada y la pared a Montiel”, recalcó
De esa forma, Montiel le dio la orden al Fiscal que salgan de inmediato a defender un bien de dominio público. Pero en lugar de presentar el juicio en Paraná, el Fiscal lo presentó en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “La Corte tardó ocho meses en declararse incompetente y ya para entonces el gobierno de la Alianza había terminado y la nueva fiscal que era la doctora Mizawak corrió desesperadamente a desistir de los juicios que habían vuelto de la Corte al Juzgado Civil y Comercial N° 4 de Paraná”, recordó.
Bargagna dijo que lo que sucedió fue lisa y llanamente una maniobra tendiente a dilatar para “hacer la voluntad del ex gobernador Jorge Busti que había entregado a su personal de confianza Los Arenales”. “Ahí están Los Arenales en mano de un privado que hace negocios con una playa pública”, dijo.
Por último, la ex fiscal recordó como desapareció la Fiscalía, una vez que había concluido el gobierno de Montiel y asumía Busti nuevamente, en el año 2003. “El doctor Castrillón presentó un proyecto de derogación de la ley, que fue el primer proyecto que trató la Cámara en su nueva composición y la derogaron”.
Pero lo que la fiscal recordó que lo peor fue que, como se había declarado inconstitucional la Fiscalía por la Sala Penal constituida por “el señor Carlín, el señor Chiara Díaz y el doctor Carubia”, esa declaración de inconstitucionalidad de la Fiscalía, que había sido denunciante y estaba como querellante en un montón de causas, “determinó en que se declara la nulidad de todo lo actuado y que los fiscales por mandato de la Sala Penal y del Ministerio Público, que estaba en conexión con la Sala Penal, decidieron que pidieran el archivo de todas las actuaciones”, rememoró. A su criterio, por más que se haya declarado inconstitucional el organismo, eso no invalidaba todo lo actuado. “Fue todo una maniobra muy sórdida”, dijo.